martes, 11 de agosto de 2015

Las lágrimas de San Lorenzo - Les larmes de Saint-Laurent - As lagrimas de São Lourenço

Buenos días, bon dia, bonjour... por decir algo

Cuando ya casi todos están en sus casas, cuando casi se ha pasado la "resaca" de estos días de infarto; cuando ya dejamos de ser noticia en los telediarios donde ya no aparecemos ni en las portadas; cuando es tiempo de hacer balance, cada cual el suyo...

Cuando vienen a hacerse la foto los políticos que no estuvieron, cuando empiezan a presentarse las empresas para ver si cae algo, al son de las subvenciones que otros ya anuncian...

Cuando arrecian algunas críticas contra los profesionales que lo han hecho lo mejor que saben... mientras otros sólo van a buscar medallas.

Cuando empezamos a preguntarnos cuantas veces se tendrá que repetir todo esto para que en algún sitio de esos donde se toman las decisiones que no nos preguntan pero que nos afectan tanto, alguien estime que quizá no han planteado la situación de la forma correcta...

Pero ya habrá tiempo para los sesudos análisis en radio, tv y prensa, donde los profesionales del verbo (los "todólogos") se encargarán de echarle la culpa a cualquier cosa, incluso a los propios paisanos. Otro día, si todavía me quedan ganas, hablaremos más profundamente de las causas de los incendios. Ahora con los campos y las mentes todavía "calientes" no creo que sea el momento.

Y como ya las palabras sobran sólo voy a añadiros una imagen, en realidad son cuatro. Corresponden a la película japonesa "La princesa Mononoke" (もののけ姫, Mononoke Hime) de Hayao Miyazaki. Ambientada en el Japón medieval la película relata la lucha entre los hombres de aquella época con los espíritus que pueblan el bosque. Al final, con el bosque arrasado y desaparecido el Espíritu o Guardián que lo defendía, se produce el retoñar de los árboles y la vuelta de los pequeños Kodamas o duendes que es la figurita que aparece en la última imagen.


 
 
 

Y es que la naturaleza siempre se recuperará, con nosotros o a pesar de nosotros. Y si no queréis mirar al monte o a los campos, al menos mirad al cielo que San Lorenzo seguirá echando sus lágrimas... 

 Saludos, salut, saudaçoes