jueves, 15 de febrero de 2018

España, Francia, Portugal y ¿Cataluña?


Bonjour, buenos días, bom dia

En este frío año de 2018 donde la nieve se ha presentado por sorpresa, como un recuerdo de hace años, cuando nos han bombardeado con imágenes de carreteras cortadas y pueblos blancos hasta el aburrimiento, voy a empezar a publicar con un texto que empecé hace ya unos meses, cuando la noticia única era la intentona secesionista de Cataluña.

Y es que aunque no se lo crean comencé este escrito ¡el año pasado! Justo cuando acababa de pasar el día 12 de octubre “día del orgullo patrio” en España. Y las cosas desde entonces han ido muy deprisa, demasiado quizá. Pero bueno, mi intención era dar unas reflexiones sobre los acontecimientos que últimamente afectan a esta parte de la Europa latina y aquí van. Que les aproveche...

Conmemoraciones y desfiles.

Lo primero es aclarar a nuestros lectores de fuera de España que el día 12 de octubre se conmemora el “Descubrimiento de América” en 1492 por Cristóbal Colón, aventurero a sueldo de los Reyes Católicos. Los franceses celebran el 14 de julio, por la Revolución Francesa, con un gran desfile militar. Los portugueses tienen su día nacional el 10 de junio, en que celebran la muerte del poeta Camoens en 1580, pero el día del ejército es el 24 de octubre, día en que conmemoran la toma de Lisboa por Don Afonso Henriques en 1147, que también es el patrón de las fuerzas armadas.

España, como hemos visto, para celebrar su día nacional eligió un suceso relacionado con el comienzo de la formación de su Imperio. También se habla de ese día como “Día de la Hispanidad” aunque me temo que gran parte de los habitantes de latinoamérica no sentirán ese día como algo que celebrar.

Ya en democracia algunos propusieron cambiar el día nacional por el de la Constitución, pero no: Seguimos celebrando el inicio de ese Imperio del que sólo quedan los restos, es decir, la herencia de los antiguos reinos peninsulares.

Este año ya sabrán, el “CatalExit” (la posible salida de Cataluña de España) animó el día de la reafirmación nacional sólo empañado por el accidente de un caza Eurofighter y la muerte de su piloto (y con este ya van cuatro EF, con tres pilotos fallecidos, uno saudí).

Tiempos revueltos.

En los últimos meses hemos asistido en España a movimientos en los partidos de derechas o centro-derecha, apoyados por los mercados y otros poderes en la sombra, para intentar que el hastío del pueblo no se tradujera en un voto masivo a los partidos de izquierda “no tolerados” (de aquí excluyo al PSOE, Partido Socialista Obrero Español, y a sus comparsas de la izquierda capitalista o socialdemócrata de Francia y Portugal). En España ya hemos visto lo que pasó, la orden fue dada y el PSOE obedeció (retirando antes a su líder, para que, a modo de Pilatos, no se manchara las manos) permitiendo que tengamos PP (Partido Popular, derecha) para rato.

En Francia, con el viejo truco de la segunda vuelta y enfrentado a la ultra-derecha de Le Pen ganó el “menos malo”, Macron, un personaje que ha llegado al poder con el mismo discurso que el defenestrado presidente Hollande. Sí, da la sensación de que el partido de Marine fuera indispensable para mantener el statu quo en Francia. Y no pareciera que un posible triunfo de esta opción asuste a los que mandan, siempre que mantenga el País en una economía capitalista mantenedora de los privilegios de unos pocos.

Realmente a los poderes en la sombra les valía cualquiera menos Melenchon. Al igual que en el Reino Unido el enemigo a batir era Jeremy Corbin y en los E.E.U.U. era Bernie Sanders, apartado de la candidatura demócrata en favor de la belicista Hillary Clinton por métodos poco aclarados. Después de esto la victoria de Donald Trump estaba cantada. De esta victoria inesperada se ha dicho de todo, pero yo resaltaría una frase: “¿qué puede ser peor que Obama?” (Presidente Maduro).

Sólo un País de nuestro entorno parece que ha tomado un camino algo distinto. Sí, se trata de Portugal. Y en las últimas elecciones celebradas en ese país volvieron a ganar las izquierdas, algo que quedó silenciado en España por el referéndum para el CatalExit. Aunque la verdad es que en España no es que se hable mucho de nuestro país vecino, salvo para hechos luctuosos (como los incendios forestales) y si las izquierdas allí se ponen de acuerdo y además ganan elecciones, pues todavía se hablará menos. Difícil es el juego que han emprendido los portugueses contra la austeridad y contra Bruselas. Esperemos que no acaben como Grecia.

De momento Portugal presenta un crecimiento del 2,8% anual. Un desempleo del 9,1% (julio de 2017) y un déficit público del 2% del PIB (2016) cifras mejores que las de... Francia. El turismo se recupera, la industria y los servicios también (hay algunas empresas que han trasladado allí sus sedes españolas) y aumenta el poder adquisitivo de asalariados y jubilados.1

Y en este entorno llegamos a España. Es curioso o dramático como en algunos meses hemos podido pasar del “todos somos Barcelona” al “a por ellos”, lo cual dice más del tipo de nación que somos que cualquier otra cosa.

Para que lo sepan nuestros lectores de otros países decir que el odio, o mejor desprecio, a los catalanes, y en menor medida a los vascos, no es algo nuevo en España. De hecho viene de antiguo y fue orquestado por las instituciones y arraigado en la población desde la Guerra de Sucesión del siglo XVII. Guerra con la que se instala la monarquía francesa de los Borbones en España.

Pero en la España de la UE, donde casi un 80% de las competencias nacionales se encuentran transferidas (sin que se nos haya preguntado nada al respecto) y el resto corresponde a los intereses de otros países u organismos supranacionales, debería dar igual que el país se dividiera o no, ya que todos somos unos meros peones de las decisiones que se toman en otro sitio. Si interesan en algo para la UE la existencia de países grandes es cuando sus gobiernos son obedientes, como es el caso de los del PP-PSOE y pueden mantener al resto de la población sumisa.

No creo que a la UE le importara la división de Grecia siempre que se quedara con la parte rica. Ya vimos que pasó con Yugoslavia. Es el conocido "divide y vencerás".

Pensando en Extremadura ¿que más daría si fuera independiente o no, si vive de los fondos europeos? Por eso he asistido curioso a esa guerra de banderas que desde aquí parecía ridícula, especialmente un día que me encontraba por Badajoz, la que un día fuera la “capital roja” de España, que dejó de ser republicana, roja y socialista después de 10.000 asesinados, 40 años de dictadura y otros tantos de monarquía...
 


Todo esto de las banderas me recordaba cuando, ya hace unos años, las naciones europeas protestaban contra Franco por la ejecución de algún preso y el pueblo salía a aclamarle al Palacio Real (luego esas mismas naciones, como E.E.U.U. y Francia, apoyaban al régimen suministrándole armas). Algunos hablan del “Franquismo Sociológico” que pervive aún en muchos de nuestros gestos y actitudes. Quizá tengan razón... pero yo creo que es puramente franquismo, sin más. Es que cuarenta+cuarenta años de adoctrinamiento son muchos.

En algún momento pensé en poner en el balcón la bandera... extremeña, cosa que me parecía mucho más reivindicativa, más teniendo en cuenta que el Estado ha tratado mucho mejor a Cataluña que a nuestra región de la que se fue mucha mano de obra a levantar esa comunidad y otras.

Portugal y Cataluña

Sobre si un pueblo asentado sobre un territorio común tiene derecho o no a elegir su destino, incluido el político, se han vertido ríos de tinta, pero en este caso se puede hacer un paralelismo con el devenir de Portugal como nación.

Existe un texto sobre este asunto que llamó mi atención en una de mis últimas visitas a una de las librerías Bertrand Livreiros en Portugal: Cataluña y Portugal, dos povos ibéricos de Félix Cucurull, publicado por primera vez en 1967. En este libro se habla de la historia paralela de los dos "países" y de todas aquellas personas que en los siglos XIX y XX apostaron por acercar sus culturas y fomentaron lo que se llamó “el federalismo ibérico” que incluía a Portugal, Castilla, Cataluña y el País Vasco como estados federados.

Reflexionando sobre estos “federalistas”, tan avanzados en su tiempo, me hago una pregunta: ¿Porqué Portugal se acabó constituyendo en nación y Cataluña no? O mejor ¿Hay alguna razón para que Portugal acabara siendo una nación y Cataluña no pueda acabar siéndolo?

Si nos vamos unos siglos atrás, a la división administrativa más antigua en la Península, la de los romanos, estos la dividieron primeramente en Ulterior y Citerior y posteriormente en Lusitania, Bética y Tarraconense. Entonces la geografía mandaba más que ahora. Es tan extraño que los Visigodos mantuvieran la unidad de la Península que el historiador José Antonio Vaca de Osma en su libro “España y Francia: Historia secular de un desencuentro” llega a decir: “La unidad española no reposa, en efecto, más que en una disciplina consentida por todos, sobre una voluntad colectiva que se opone a la naturaleza misma de las tierra”2.

Bueno, eso de la voluntad colectiva... digamos que el Condado de Portugal, heredado en 1095 por el matrimonio que formaron la hija bastarda del Rey de León y un noble francés, tuvo más suerte o una mejor estrategia y supo mantenerse independiente de la potencia castellana, y posteriormente de España, hasta nuestros días. No obstante, Castilla siempre intentó la reunificación en varias ocasiones pero sin éxito.

En el caso de los Condados Catalanes estos parece que surgen como un apéndice del Imperio Carolingio sobre una cierta organización político-administrativa anterior (¿romana?, ¿prerromana?). Su fin era hacer frente al expansionismo del “Islam” en el Sur (en lo que fue la Marca Hispánica del imperio en el siglo IX). La influencia franca fue muy importante ya que estas tierras forman parte del imperio franco hasta el siglo X (dinásticamente hasta mediados del XIII).

El condado más importante, el de Barcelona, acabó uniendo sus destinos a la Corona de Aragón en 1162 (o al revés ya que, en realidad, fueron los Condes de Barcelona los que heredaron la corona de Aragón), pero otros mantuvieron dinastía propia hasta 1491 (Pallars Sobirá). Las Cortes de Cataluña existen ya en 1214 (el parlamento inglés es de 1265). A señalar que, aunque Castilla y Aragón unen sus coronas en 1492, las instituciones de la Corona de Aragón no son abolidas hasta principios de 1700 (las del principado de Cataluña en 1716) por los Borbones que así comienzan su reinado en España basado en el centralismo de la Nación. Los Borbones reinan en España desde entonces con algunos paréntesis, como el de la II República, siendo restaurada su dinastía por el Caudillo Franco...

Algunos levantamientos han sucedido en Cataluña desde entonces y más de una vez declararon su independencia, levantamientos que fueron aplacados mayormente por las armas por lo que, en el caso que nos atañe, eso de la “voluntad colectiva” de los habitantes de la península (excluido Portugal) por mantener el Estado español parece fuera de lugar.

La unión de Cataluña con España, o mejor dicho con Castilla, nunca fue por la decisión voluntaria de los habitantes de esa parte de la Península. Y es que Castilla siempre ha sido la potencia colonizadora que se impuso al resto de regiones peninsulares, hasta por las armas, para formar esto que ahora llamamos España.

Mucho se ha hablado de los nacionalismos vasco y catalán pero pocas obras y estudios se publicitan en los medios sobre el nacionalismo español que, en número de víctimas, supera con creces a los dos anteriores3.

Si comparamos los actuales índices macro-económicos y de otro tipo de Portugal y Cataluña un par de datos pueden ser de interés: Mientras que la población de Portugal es de 10,3 millones (112 habitantes/Km2), la catalana alcanza los 7,4 (232 habitantes/Km2). El PIB genérico es similar en ambos territorios pero mayor en Cataluña, (185.000 contra 212.000 millones de euros de 2016). El PIB por cabeza en Portugal es de 18.000 € pero en Cataluña es de 28.590 €.

Con toda esta información más o menos fiable (fuentes: Wikipedia, datosmacro.com y la bibliografía citada) volvamos a reformular la pregunta del principio: ¿Porqué tiene Portugal sentido como nación soberana y Cataluña no? O, al revés, ¿Porqué Cataluña forma parte de una entidad política-administrativa mayor como es España y Portugal no? En el caso de Portugal podría haber sido España, pero también Gran Bretaña, Francia o incluso Brasil.

BrExit y CatalExit.

Buscando otros paralelismos vamos a cruzar el Canal de la Mancha saliendo del marco geográfico habitual de mis artículos.

¿Y que tienen en común el Reino Unido y su salida de la UE con las aspiraciones secesionistas de Cataluña?

Pues más de lo que pensáis, a continuación unos apuntes:

El Reino Unido era un país cuyos dirigentes (políticos, empresarios y mercados) eran felices dentro de la UE. Se habían quedado con lo mejor pero fueron cautos de no abandonar su moneda. Aplicaban con gran alegría las medidas del austericidio propugnadas por la UE, bueno algunas ideas eran suyas, como los minijobs. Londres competía con Frankfurt (y compite) en liderazgo económico, etc...

¿Que pasó? Mucho se ha hablado del euroescepticismo latente en el Reino Unido pero no se tuvo en cuenta a esa “mayoría silenciosa”, a los indignados británicos, que pensaron que no perdían nada fuera de la UE ya que dentro lo habían perdido todo. Hicieron falta unos pronósticos electorales desfavorables para los conservadores, una promesa de referéndum y “voila” el desastre (según para quién) del Brexit.

Yo estoy seguro de que las élites no querían esto pero, y ello les honra, dejaron que la gente votara y... ¿Porqué se creen que en España y en otros países “democráticos” no se llevan a referéndum las cuestiones importantes a no ser que esté garantizado el resultado? (por ejemplo: La forma de Estado, Monarquía o República). El brexit no ha hecho nada más que empezar y todavía hay un largo recorrido. No sería de extrañar que alguien en algún momento pida la marcha atrás, quizá cuando, en un nuevo referéndum Escocia consiga la independencia (otro tema controvertido, salir del Reino Unido para volver a la muy liberal y neocon UE) pero de momento parece que ha llegado el momento de los Laboristas de Jeremy Corbin. Ya saben que el Reino Unido siempre ha ido por delante en lo bueno y en lo malo. Es posible que en unos años se conviertan otra vez en un espejo donde queramos mirarnos.

Volvamos a Cataluña, una de las autonomías que con más hincapié aplicó las medidas austericidas de la UE, con gobiernos habitualmente conservadores, que llevan muchos años apoyando al Gobierno del Estado en todo, hasta en la Ley de Partidos, que puede volverse en su contra. Una comunidad cuyo embrión de “ejército” lo formarían los Mossos d´Escuadra famosos no precisamente por su delicadeza con el pueblo llano (ocupas, deshauciados, indignados, etc...)

Aquí también una formación política de derechas debilitada después de tantos años de gobierno y sus consiguientes e irremediables corruptelas, obligada a cambiar de nombre por los problemas de corrupción (antes Convergència i Unió, CiU, ahora Partit Demòcrata Europeu Català, PDeCAT), pactó un gobierno con los partidos de la izquierda “real” mas cercanos al independentismo. La condición fue el referéndum sobre la secesión... pero esto es España y ¡hasta aquí podíamos llegar!

¿Porque en el Reino Unido se puede hacer un referéndum sobre la salida de Escocia y otro sobre la salida de la U.E. y en Cataluña y en España el Estado ni se lo plantea?

Es la táctica a que aludimos antes: Cuando hay dudas sobre el resultado, el Estado no quiere oír hablar de referéndum. Y eso que somos expertos en "influirlos" porque si uno piensa en los cuatro habidos después de la muerte de Franco (que no es lo mismo que en democracia), el de la Ley para la Reforma Política, el de la Constitución, el de la OTAN y el de la Constitución europea, digamos que los resultados favorables al sistema estaban garantizados en todos ellos.

Yo estoy seguro que el principal problema de los independentistas catalanes, y por eso no se va a permitir nunca la consulta, es que, aunque el Estado puede utilizar toda su maquinaria para influir en el resultado (como en la consulta sobre la entrada en la OTAN) hay una posibilidad de que gane el SI. Y de producirse este resultado no estaría garantizado que el nuevo estado fuera a ser capitalista por encima de democrático como pasa en todos los de nuestro entorno.

Eso sí que asusta a España y más a sus comparsas de la U.E. y de la OTAN, y por eso no se arriesgan. Realmente otra República capitalista en la Península estoy seguro que sería bien vista por muchos países que ahora callan.

Lo de declarase República a quien sí que podría asustar es a la Casa Real, lo cual tampoco es que haya que perder de vista. Y el Rey, que sabe que se juega sus garbanzos, ya ha tomado parte, en contra del papel de mediador que siempre se le ha otorgado. Recientemente hemos sabido que el presidente Suárez, ese gran demócrata, no se atrevió a consultar al pueblo español sobre la forma de Estado ya que las encuestas daban a la República como gran favorita. Por ese motivo la Monarquía entró en el "paquete completo" de la Constitución.

Algunos critican a los catalanes por representar la parte más rica del Estado que, insolidariamente, quieren separarse del resto. Pero quizá, como los indignados británicos, lo que pasa es que son más previsores. Ya se han dado cuenta del tipo de democracia que funciona en España y quieren bajarse del barco para probar otra cosa. Aquí no incluyo al ex-presidente Artur Mas y al resto de políticos del 3%, asustados del cariz que están tomando los acontecimientos, y especialmente por la huida de las empresas que, por cierto ¿alguien sabe donde se van?

Sigo con interés el blog de Antonio Turiel llamado “The Oil Crash” escrito desde Cataluña y dedicado al agotamiento de las energías no renovables en el que se habla frecuentemente del colapso de lo países y he sabido que en el único parlamento en que se ha realizado alguna intervención sobre el decrecimiento ha sido en el catalán. Sinceramente creo que en Cataluña nos llevan algo de adelanto en este y otros aspectos.

España, la Constitución, la Democracia y la Ley.

Parece ser que, muerto Franco, dirigentes catalanes de aquel entonces pidieron la vuelta a la legalidad republicana de antes de la Guerra Civil, lo cual tenía toda la lógica del mundo. Pero con el nuevo régimen tenían que volver la Monarquía y no se podía discutir la unidad de España. O sea nada de república ni estado federal. A cambio de tragar semejante sapo se les prometieron algunas concesiones dentro del recién nacido Estado de las "Autonomías para todos" que crearía una Constitución que se supondría no iba a durar para siempre en su redacción original...

Pero la Constitución se santificó y aquí está el primer problema: Nadie parece querer tocarla, y no es por no abrir la caja de los truenos, es que la mayoría de los poderes, fácticos o no, se encuentran muy a gusto con este texto que no se aplica por igual a unos que a otros y que incluso se ha considerado "exportable" junto con nuestra transición. Es lo que se ha llegado a denominar en ciertos foros el "modelo de impunidad español".

Llegado a esto tengo que decir que durante mucho tiempo me sentí orgulloso de ser español y europeo, de nuestra democracia, de nuestras instituciones y de nuestra Constitución, pero no recuerdo muy bien cuando y porqué “salí del armario”.

Creo que mis primeras dudas se las debo al presidente Zapatero, con su ambigua política nacional e internacional. Luego llegó la explosión del ladrillo, que muchos ya advertíamos, la crisis internacional, etc... A continuación sólo tuve que tirar de la manta hacia atrás y hacia adelante con la ayuda de la lectura de multitud de textos de autores como Ignacio Ramonet, Serge Halimi y Bernard Cassen, de Le Monde Diplomatique; Gregorio Morán, Francisco Espinosa, Joan E. Garcés, Josep Fontana, Enriqueta de la Cruz, Alfredo Grimaldos, Carlos Taibo, Jorge Riechmann, Noam Chomsky, Naomi Klein, Clara Valverde, Ignacio Escolar de eldiario.net; Pascual Serrano y Viçent Navarro de rebelion.org; el teniente Segura, Vicente Romano y tantos otros... En radio seguía casi toda la programación de Radio 3 hasta que la defenestraron entre PP y PSOE. Entre sus programas recuerdo con cariño Trébede, Videodrome (aún se emite) y Carne Cruda...

Seguro que hay peores países para nacer y vivir que este, pero este a veces me parece terrible... (desde luego al mismo nivel o aún peor que Cataluña). No creo que haya muchos estados en los que la sucesión en la Jefatura de un Estado, que se pretendía que llegaría a ser democrático en el futuro, la haya decidido un dictador y sus adláteres. A esto lo llamaron transición. Sólo hubo que buscar pintura para transformar a franquistas en demócratas “de toda la vida”, una Ley de Amnistía para “casi” todos, reconvertir a unos cuantos rojos y socialistas, “pactar” un texto constitucional con la monarquía, el ejército, la iglesia y la patronal, pasárselo a la potencia imperial de la época (y de ahora) para que diera su visto bueno y luego llevarlo a referéndum.

Recuerdo que en un simulacro que hicimos en la escuela (2º de EGB) yo voté NO por influencia familiar. Lo que no sabía por aquel entonces es que daba igual, que el futuro estaba tan “atado y bien atado” (famosa frase de Franco) que el voto por el SI lo que hizo fue ratificar lo que se venía haciendo hasta la fecha en un 99%.

Realmente el referéndum constitucional fue como si te ofrecieran un menú con un sólo plato y si no lo quieres o te mueres de hambre o buscas en los restos de la comida caducada y podrida del día anterior...

Las consecuencias de esa santificada Constitución que “nos hemos dado entre todos4” (falso, yo y casi el 75% de la población actual de España no la hemos votado) las vemos ahora en una democracia de “bajo perfil”, en la que una persona no equivale a un voto, que mantiene el mayor número de desaparecidos del mundo después de la Camboya de Pol Pot, con tramas de niños robados y muchos patrimonios de orígenes oscuros que se legitimaron de un sólo golpe, que mantiene un ejército que, en las formas, es otro más de la OTAN pero en el fondo es el de hace cuarenta o cincuenta años... Eso sí, como cuando el régimen de Franco, España es capitalista hasta la médula, quizá incluso más que durante el franquismo. Así no es de extrañar la desprotección en aumento de los trabajadores, el paro y el aumento del precariado, con una crisis de la que hemos salido a base de convertir a más de la mitad de los empleados en esclavos, de la que los bancos han salido más enriquecidos y con un fondo de pensiones de la Seguridad Social que se va pareciendo cada vez más a una estafa piramidal...

Una España que mantiene casi el 80% del territorio vacío, vacío de población, vacío de espectativas, vacío de futuro. Como La España Vacía de Sergio del Moral5.

La Constitución vino a derogar las anteriores disposiciones franquistas con una frase: “Quedan derogadas cuantas disposiciones se opongan a lo establecido en esta Constitución” (Disposición Derogatoria Tercera) pero dejó incólume el “apparatchik” del Estado: Ejército, Policía, Justicia, Educación, Medios de Comunicación, etc... se ayudó para ello de una Ley de Amnistía que levanta ampollas hasta en la ONU. Es muy ilustrativo que la Ley de la Memoria Histórica de 2007 tenga que incidir en las derogaciones constitucionales concretando una a una las leyes franquistas ¿Para qué? ¿No las había derogado ya la Constitución?

Una Ley de Memoria Histórica que, por cierto, deja el papel de investigar las desapariciones y recuperar los cuerpos de las víctimas... a los familiares de las propias víctimas.

En palabras del catedrático de historia del derecho Bartolomé Clavero (de su libro El árbol y la raíz): “La justicia y la fiscalía en España vienen sistemáticamente prevaricando desde hace ya más de siete décadas por no ocuparse de las evidencias de crímenes enterradas en fosas anónimas o de desapariciones debidas a aquella política de persecución terrorista (la de la Guerra Civil y de la Dictadura)”.

Muchos hablan de reformar la Constitución pero la realidad es que es imposible. Al menos sin la colaboración de los partidos del bi-partidismo que siempre conservarán un mínimo de votos suficiente para vetar cualquier cambio que no les convenga a ellos y a sus patrocinadores. Sobre todo a estos últimos. Así de atado quedó el texto... (para más información recomiendo el libro La reforma constitucional inviable de Javier Pérez Royo)

Si, la transición, la monarquía y su constitución también “han salido del armario” con la crisis catalana.

Muchos dicen que hay que cumplir las Leyes pero esta pueden llegar a ser muy injustas. Y es que justicia y ley no siempre van de la mano y especialmente en lo que respecta a las libertades públicas. Tampoco es lo mismo Ley que legitimidad.

Sólo pensemos en las leyes que protegen a los bancos y en general a las empresas. O las pensadas para la regulación fiscal de los evasores. Sobre las libertades públicas recomiendo un Libro: Los gobiernos españoles contra las libertades, de Juan García Mollá y Pascual Serrano (Ed. Akal 2016). Un libro que te lleva desde la Ley Corcuera a la Ley Mordaza y la modificación del Código Penal. Un libro que te describe como el bipartidismo desconfía cada vez más del ciudadano, y también como la fina cortina que lo separa de ser considerado un delincuente, incluso un terrorista, es cada vez más fina.

Tengo que reconocer que, después de ver como se vienen aplicando estas leyes en unos tiempos en que el terrorismo “autóctono” parece ya olvidado, yo hay muchas cosas que me callo... ¿Donde quedó la Libertad de Expresión?

A río revuelto...

Ya saben aquello de “a río revuelto, ganancia de pescadores”. Pues el final de la dictadura, la transición, la llegada de la democracia, la conflictividad laboral, el terrorismo primero autóctono, después el neocon o yihadista han formado un río muy revuelto en el que los ciudadanos no hemos ganado en seguridad (nadie está libre de un atentado como el de Barcelona) pero hemos perdido libertades.

Un solo dato, a pesar de que todos las estadísticas coinciden en que este es un País de baja criminalidad, tenemos uno de los índices de encarcelados más altos de Europa, comparable al del Reino Unido y sólo superados por el de algunos países del antiguo bloque del Este. Ya hay muchos estudios que relacionan los encarcelamientos más con las desigualdades sociales que con la criminalidad y si no ¿quienes creen que son las clases más representadas en el trullo?

Y en este río revuelto del CatalExit ¿quién está pescando?

Los primeros los partidos más afectados por la corrupción (incluido el PDeCAT) que trasladan la atención a otro punto, y no sólo la atención. Algún día sabremos quién se benefició con todo esto turismo de empresas entre Cataluña, Madrid y la costa Mediterránea (no, a Extremadura no va a venir ninguna) y más allá de los Pirineos, porque estas facilidades que ha dado el Estado (porque puede) también hará que algunas se vayan fuera del País... y no vuelvan.

Tampoco hay que olvidar el desastre de la gestión, previa y posterior, de los atentados de Barcelona. Olvidados ya los muchos errores de inteligencia cometidos y la “solución final” del problema a tiro limpio que ha pasado sin ninguna polémica en los medios oficiales.

Otros temas pasan de largo como la venta de armas españolas que alimenta la carnicería en Yemen o desgracias como las del Tarajal.
 

También algunos pescan votos, entre ellos el “extremo centro” que de centro no tienen nada pero que le han dado muchas vueltas para no aparecer como unos simples recoge-pelotas de la derecha y de la izquierda más a la derecha. Ya lo vimos en las pasadas elecciones del 22 de diciembre. La pregunta es ¿cual era su programa electoral? Porque aparte de la unidad a la patria no se ha publicitado mucho más (tampoco sabemos que prometían Puigdemot y sus comparsas).

Y es que realmente el resultado de estas elecciones requiere una explicación: Acostumbrados la mayoría de ciudadanos al incumplimiento de los programas electorales, especialmente en lo que más afecta a los ciudadanos de a pie, viendo como los partidos que habitualmente gobiernan se pliegan a los deseos de organizaciones privadas o a organismos supranacionales, sólo votan para echarlos, y así elijen. No deciden quien quieren que gobierne sino a quien NO quieren y así deciden dar su voto al que ven como más “opuesto”. Pasó en los EEUU con Trump y en cierta forma pasó con el Brexit. Pasó también en las elecciones nacionales, pero una izquierda dividida y el “pucherazo” del PSOE al final han perpetuado al PP.

Hartos del nacionalismo de derechas, el 22 de diciembre los catalanes le dieron su apoyo a los que consideraron más ultra-constitucionalistas (también de derechas). Es como una tragedia griega. Por cierto esta reflexión se la debo a Viçent Navarro que lo explica mucho mejor en Rebelión.org.

Por supuesto también la monarquía se ha visto beneficiada, necesitada de aparecer como defensora del País (de una parte más bien) después de tantos escándalos todavía no olvidados por todos ¿Permitirá alguna vez algún monarca, de buen agrado, que se discuta sobre la desaparición de la monarquía y la llegada de la república? Y es que un rey republicano es un sueño que sólo ha existido en la ficción (como la princesa Leia de la Guerra de las Galaxias según la canción de Love of Lesbian e Ivan Ferreiro Reina Leia)


Y la UE, recompensada con un premio Príncipe de Asturias, nada menos que a la concordia, después de su trato a los inmigrantes, el austericidio, el desmembramiento de Yugoslavia, el de Serbia (Kosovo), su intervención en la desaparición de Libia, el golpe de Estado en Ucrania, la asfixia de Grecia, etc... Ahora aparece como defensora de la unión de los pueblos cuando ha propiciado la división de tantos otros.

Este premio sólo merece ir al mismo sitio que el Nobel de la Paz de un tal Obama...

Algunas previsiones.

Como todo el mundo, uno tiene sus gurús. Personas que se aventuran a pronosticar el futuro con los datos del presente y que, en ocasiones, aciertan. Hay mucho gurú de la economía que nunca acierta, pero no por ello dejan de ser personas bien pagadas y estimadas por las élites económicas, sobre todo cuando sus falsos o falseados pronósticos no afectan a sus beneficios o los engordan aún más.

Michael Joker (Carlos Taibo) en su divertido pero inquietante relato “Historia de España, 2014-2033. Crónica de un colapso” ya llega a adelantar algo de lo que está pasando en España. Recuerdo bien el pasaje en que una denominada “Legión Buitre” asalta el pueblo de Marinaleda ¿Veremos tropas de la OTAN en Cataluña? También se habla de fútbol porque ¿quién tiene más poder? ¿la FIFA, el Barça, la Generalitat o el Estado? Porque en este sainete montado por unos y por otros quizá lo que mas les inquiete a algunos es en qué liga jugará el equipo señero de Cataluña con su carga económica... En el mismo libro, ante la victoria electoral de un partido denominado “Sinrisa”, remedo del actual Podemos, un golpe de Estado acaba con proclamaciones de nuevos estados y una guerra civil...

Otro texto de Taibo cita: “El renacimiento de los movimientos de emancipación, sobre la base de una contestación radical de las dimensiones de explotación y depredación que acarrea el capitalismo en sus diferentes formas, es uno de los horizontes que se abre camino en el inicio del siglo XXI”6

Ya he citado a Antonio Turiel y su blog sobre el agotamiento del petróleo. Allí se publican sesudos análisis sobre energía y recursos que se alternan con análisis sobre la situación del País. Una curiosa costumbre es que al final de cada año hace una serie de predicciones sobre el futuro energético (y político) y analiza sus predicciones del año anterior. Como curiosidad decir que acertó con la “dimisión” de Pedro Sánchez pero afortunadamente hay muchas que no acierta, aunque sólo es cuestión de tiempo. Pero ahora quiero hablar de un post concreto, se titula La España buena y la España mala. En ese post Antonio Turiel, ante el silencio de algunos mandatarios europeos y de más allá, especula con los intereses que pudieran tener los europeos en quedarse con la “parte rica” de España y que, por tanto, con la entrada de Cataluña en la UE.

Aquí una prensa sumisa y cómplice sólo nos habla del apoyo de los europeos al Gobierno de España, pero yo en un reciente viaje he podido constatar como en algunos países el apoyo a Cataluña, y especialmente a Barcelona, es muy profundo (en los Países Bajos y en Bélgica por ejemplo).

Antonio llega a decir en este post de 2013: “Cataluña será independiente en un futuro no muy lejano”

En otro post titulado Cataluña ante el colapso de 2017 Antonio especula con si, ante el colapso inevitable que nos espera con el agotamiento de los recursos fósiles y el fin de la economía del crecimiento infinito, no sería deseable tener nuestro colapso particular “un colapsino” que nos prepare para el mundial. En resumen, es como la frase de John Michel Greer que se cita en ese post, "Colapse ahora y evite las aglomeraciones"

Dos párrafos del citado post nos ayudarán a entender todo esto:

"Si nuestro colapso se verifica sensiblemente antes que el de las naciones de nuestro entorno, seguramente, aunque sea por su propio interés, nos ayudarán a caer de una manera más ordenada; en justa compensación a su esfuerzo por nuestra parte, el peso muerto que nosotros supondríamos les llevaría a acelerar un poco su propio inevitable y necesario colapso. La idea es, al final, colapsar mejor, como tantas veces dice Jorge Riechmman; o si no somos capaces de colapsar bien, por lo menos colapsar rápido"
“Así pues, la independencia de Cataluña nos llevaría a un colapso rápido pero en mejores condiciones que los colapsos que sucederán posteriormente. Por tanto, en una última paradoja, el proceso secesionista catalán supondría una gran ventaja y algo deseable tanto para Cataluña como para España. Aunque dudo mucho de que ningún representante político osara jamás plantear el debate en estos términos.”

Otra frase sobre el nacionalismo español que me gusta mucho aparece en el post de 2017 Modelo para recortar
"Sin embargo, en España existe aún una minoritaria pero masiva percepción esencialista que impide cualquier aproximación moderna y racional al problema, un esencialismo labrado tras largas décadas de dictadura y adoctrinamiento, y que ha conseguido pervivir, casi inconscientemente, y que es sustentado ahora por muchos que no vivieron esa dictadura. Un esencialismo según la cual España es una idea superior y trascendente que está por encima de las ideas y de las vidas de sus individuos: es el viejo adagio franquista de "España es una unidad de destino en lo universal". Una concepción trascendente de España es comparable con un sentimiento religioso exaltado, que no admite ni enmiendas ni discusión"

Reconozco que hay que leer mucho a Antonio Turiel para poder seguirle, y yo no siempre lo consigo, pero tiene una gran habilidad para presentarte las cosas de una forma distinta.


¿Una España sin salida?

Como se imaginarán, con una Constitución que sólo se modificará en aquella medida en que no perjudique a los poderes “fácticos”, es decir, a los grandes partidos (con su clientela de votantes que siempre les garantizarán los mínimos indispensables para mantenerse) y a quienes les pagan, es complicado que la ciudadanía pueda aportar algo a la reforma constitucional que ahora se anuncia por algunos a bombo y platillo.

Hay muy pocas soluciones para cambiar todo esto.

Una que se me ocurre sería que la Audiencia Nacional se aplicara con los partidos de la corrupción con tanta diligencia como lo hace con titiriteros y con independentistas. Que declarara ilegal a alguno de los grandes partidos, encarcelara a algunos de sus dirigentes, e incluso que ordenara anular anteriores elecciones a mi parecer de mucha menor calidad democrática (por el dopaje que supone la financiación en B, donde los porcentajes del 3% catalanes se quedan bastante cortos) que algunas celebradas en Cataluña. Pero pensando en el origen, devenir y actuaciones de dicho tribunal, que sería considerado anacrónico en muchos países de nuestro entorno civilizado, me temo que esta vía jamás será aplicada.

La otra opción es la que ya hemos visto en Cataluña... y ya vemos porqué derroteros va. En algunos artículos publicados en Rebelión.org ya se ha dicho que quizá esta “rebelión” sea más heredera del 15M que del independentismo por lo que más que una lucha entre España y Cataluña sería entre los “continuistas del negocio” y los que quieren probar otro sistema basado en parámetros no sólo económico-capitalistas. No creo que se trate en un principio de abolir el capitalismo sino de que no imponga sus lógicas sobre el sistema democrático. Muchos autores dicen que esto es imposible porque la acumulación de capital acaba tarde o temprano interviniendo en la política.

Mucho nos quejamos del sistema chino con su partido único, pero poco hablamos del partido único capitalista impuesto hasta en la Constitución con alevosía y nocturnidad (Art. 135) Realmente el Estado Español, como fiel vasallo de empresas y organismos supranacionales poco o nada democráticos actualmente tiene poco que ofrecer al mundo salvo a sus ciudadanos en bandeja, cada vez más pobres, menos politizados y más conformistas con nuestro oscuro futuro7.

Pero por dar el punto optimista voy a dar una última opción más radical todavía y es que algún organismo supranacional, como la Asamblea General de la ONU, llevara al Estado Español ante el Tribunal Penal Internacional o ante el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos, obligándole a la abolición de la Ley de Amnistía, la Ley de la Reforma Política y de todo lo que vino después y, como consecuencia, a la reinstauración de la legalidad republicana de 1936. La única que es verdaderamente legal desde todos los puntos de vista.

Si esto se consiguiera sería un borrón y cuenta nueva de “ochenta años de sinsentido”.

Y no es que la reinstauración de la República sea la panacea (ahí tenemos el ejemplo de Francia) sería más bien una condición necesaria pero no suficiente. Incluso se podría estudiar una vuelta a la Monarquía pero en otras condiciones muy distintas. Tan distintas que seguro que no habría muchos “voluntarios para reinar”.

Parece una utopía, y quizá lo sea, pero, o hacemos una revolución a la islandesa o no hay nada que hacer. El Estado ha optado por utilizar el martillo de la Ley y tiene la fuerza para hacerlo (le ayudan también los medios de des-información masiva que ya son como el NO-DO, el diario en imágenes de la etapa franquista).

Pero vamos a suponer (creo que suponer todavía no está prohibido) que se consiguiera que, nada más y nada menos, los ciudadanos pudiéramos reimplantar la verdadera democracia e imponernos a los designios del mercados y a sus políticos sumisos y bien pagados ¿En este caso, querrían de verdad algunos ciudadanos renunciar a aquello de “la unión hace la fuerza”?

La cascada de acontecimientos que seguirían a un suceso como este podrían ser impredecibles, incluso la respuesta de nuestras democráticas fuerzas armadas, acostumbradas desde hace siglos al intervencionismo, pero también se puede soñar.

Una nueva Constitución sin imposiciones de partida, negociada por todas las instituciones; deconstruir y volver a construir el estado de las comunidades, autonomías o federaciones, redefinir los límites de nuestras anticuadas provincias; la renegociación de nuestra participación en la UE y en la OTAN; una posible salida del Euro (para recuperar algo de nuestra perdida independencia financiera) una posible confederación con Portugal... Estaría todo por hacer.

Estoy seguro que si al final tomáramos algunas de estas medidas muchos ciudadanos de la parte de la Península que llamamos Cataluña no querrían emprender semejante aventura en solitario. Pero es que creo que, sinceramente, no les dejamos otro remedio. Ojalá en Extremadura hubiera ese sentimiento de luchar por algo mejor, pero es que gran parte de la población se nos fue a Cataluña y a otros lugares.

Y lo que queda habita un territorio que no deja de ser una especie de Protectorado de Bruselas, gobernado por unos cuantos caciques que se alimentan de los fondos estructurales de la UE.

A modo de epílogo.

 
Para terminar vuelvo al principio, al día de la Patria. Tengo que reconocer que todos los años intento ver el desfile de las fuerzas armadas para ver los nuevos juguetes en los que el ejército se gasta el presupuesto. Ya me queda muy lejos el orgullo y el amor a una bandera que consideraba la mía hasta que indagué en nuestra historia y supe que habían existido otras. Y también supe de los muertos que habían habido alrededor de esas telas de colores.

Sólo una vez sentí algo similar al orgullo patrio. Pero no fue aquí. Fue en Évora, en Portugal, un 18 de mayo. No sé exactamente que celebraban aquel día, pero allí los militares desfilaban entre la gente, juraban su lealtad al pueblo como buen reflejo de la Revolución de los Claveles de 1974, en la que el ejército llevó la democracia a Portugal, prostituida después por los mismos poderes o similares a los que hicieron o dirigieron la posterior transición española.

Para mi allí si había cierto sentimiento de patria, sentimiento que ha recibido un duro mazazo tras los infortunados acontecimientos del verano de 2017. Y es que también existe un “Portugal vacío”.







Lo de Cataluña no sabemos donde acabará, con sus políticos exiliados o entre rejas (mientras el yerno del jubilado Rey sigue en libertad). No sé si formarán una patria o un Estado dentro o fuera de la UE, si tendrán reconocimiento o no, pero lo que de verdad pienso es que Cataluña ya se ha ido de España y, por más que se alargue la lista de Países que, según los medios de desinformación masiva, apoyan al gobierno de la Nación, son más los que callan y esperan. De momento es de resaltar que ahora nos hemos dado cuenta que las leyes no se aplican igual en Madrid que en Bruselas y por eso se ha retirado la petición de extradición de Puigdemont. Otro palo a nuestras muy democráticas leyes ¿Que hubiera pasado si el ex-presidente se hubiera largado a Venezuela o a Rusia?

A lo mejor Cataluña no se ha ido formalmente, a lo mejor mandamos más tropas, a lo mejor los dejamos sin empresas ni multinacionales de esas que van estrujando países en busca de mínimos salarios y máximos beneficios, a lo mejor encarcelamos a medio parlamento y al resto los ahogamos a sanciones, pero no se puede luchar contra la voluntad de un pueblo al que no dejamos expresarse

Somos muchos más los que también nos hemos ido, o nos vamos yendo, de este Estado que no nos representa, aunque no tengamos la suerte de compartir un territorio, una cultura y unas instituciones comunes con otros ciudadanos que piensan como nosotros para declarar también nuestra propia república.

Salut, saudaçoes, saludos
Chicharero

NOTAS
1Datos extraídos del artículo En Portugal, una izquierda audaz de Gwenaëlle Lendir y Maria-Line Darcy en Le Monde Diplomatique en español, Octubre 2017.

2Tenía muchas ganas de leer este libro por su temática que me parecía muy original pero, aunque es de 2007, parece un libro publicado por la editora nacional franquista, donde se silencian todos los puntos negros donde sí se "encontraron" los dos Países: Las masacres en el Rif, los campos de concentración de los republicanos españoles en Francia, la deportación de españoles por el Gobierno de Vichy a Alemania (con la aquiescencia de España), la venta de armas de Francia a la dictadura, etc... Como colofón el último capítulo lo dedica al encuentro de aquellos dos grandes prohombres y estadistas: Francisco Franco y Charles de Gaulle. Un libro en fin deleznable cuya mera publicación dice mucho del Estado en que vivimos.

3Algunos títulos son Nacionalismo Español: Esencia, Memoria e Instituciones, obra dirigida por Carlos Taibo, o La Transición sangrienta: Una historia violenta del proceso democrático en España (1975-1983) de Mariano Sánchez Soler

4Manida frase de Mariano Rajoy y muchos de los políticos de su entorno y más lejos.

5La España Vacía, obra de Sergio del Moral

6 En defensa del decrecimiento, Edición de 2017 reeditado seis veces desde 2009, la frase original es de esta fecha.

7Michael Moore en su documental ¿Que conquistamos ahora? visita varios países de Europa a la conquista de mejoras exportables a los EEUU: Educación universitaria gratuita en Eslovenia, Bancos justos y banqueros encarcelados en Islandia, una policía amable en Portugal, la Educación Pública en Finlandia y vacaciones pagadas en Italia... Por España ni se pasa. Se ve que aquí ya no encontró nada que conquistar...