jueves, 28 de diciembre de 2017

Boas festas - Felices fiestas - Bonne fêtes: Un resumen de este desgraciado 2017.

Bon dia, buenos días, bonjour

No esperéis este año una felicitación al uso, ya que no creo que estén las cosas para tirar cohetes. Ni en la Asociación de Hermanamiento, ni en el pueblo, ni en la Sierra... Ni siquiera en Extremadura ni en el resto del País.

Y todo ello en estos días de "felicidad obligada", en los que pareciera que el año que comienza fuera a borrar todos los despropósitos del que acaba.

Es más, no se si seguiré con este Blog o lo transmutaré en otra cosa en este año que comienza. Aunque probablemente no lo deje. Todo sea por la memoria de Patrick que es casi lo único que me anima a continuar.

Sobre la Asociación de Hermanamiento, ya sabréis como va la Asociación. Algunos socios se han borrado por... ¡la falta de socios! A otros al parecer, les sobrepasaban las obligaciones del cargo. Los que quedamos, que ya cabemos en un zulo, todavía andamos estudiando alternativas. Pero no os preocupéis en Sainte Verge, que el año que viene intentaremos ir. Eso sí, poned la visita con las vacaciones escolares en España, porque si no, faltaremos la mitad.

En los pueblos la política todo lo ensucia, esa política local, de partidos serviles a la política regional y a la estatal que mira más por las cúpulas que por los ciudadanos. Esa política que traslada a los pueblos las desavenencias (muchas veces simuladas) del bipartidismo nacional.

En la Sierra y alrededores, los rescoldos del incendio de 2015 siguen tiñendo de gris el ambiente. Este año añadimos la tragedia de Portugal, adelanto de lo que bien podría suceder en Extremadura y en España de aquí a algunos años. Más si no se pone remedio a los alarmantes datos sobre despoblación rural que vamos conociendo y que llevarán a la desaparición de la mitad de nuestros pueblos en pocos años.

Iba a decir que es increíble la tardanza en las respuestas que todavía se esperan por la Asociación de Afectados por el Incendio de las autoridades, pero uno ya tiene demasiada experiencia en pedir explicaciones, especialmente sobre temas forestales y por extensión rurales, y al final lo que resulta increíble es que te respondan. También he visto como alguna vez las respuestas se convertían en amenazas. Es lo que tiene trabajar para la Administración.

Llevo algún tiempo pensando en rematar aquellos artículos sobre "El Gran Incendio" en un artículo final que contendría algunas de mis respuestas a tanto interrogante, basado en mi propia experiencia y en algunas contestaciones (y también en las "no contestaciones") recibidas en mi relación epistolar con la Junta durante años.

Por resumir aquí y a dos años vista ya del fuego, decir que la política errática en materia de desarrollo rural y el cambio climático ya nos está llevando hacia el próximo siniestro. Tardará más o menos, será de características parecidas, probablemente se extienda más hacia el llano, pero no se habrán tomado a tiempo las soluciones necesarias para evitar los grandes incendios, soluciones que pasan todas por la repoblación de las zonas rurales con agricultores, selvicultores y ganaderos (no solamente con turistas).

Mientras, la Administración, haciendo oídos sordos a algunas de las medidas adoptadas en el Senado para luchar contra la despoblación rural (ver: El Senado aprueba 50 medidas para luchar contra la despoblación rural) se dedica a re-centralizar funcionarios y a delegar cada vez más trámites a las empresas privadas y a la tele-administración. Bruselas manda supongo.

Olvidada está ya la comarcalización que la misma Junta estudió con el apoyo de la OCDE en 2006 (Estudio: Desarrollo Rural de Base Territorial en Extremadura) pero que nunca llegó a implantar. Era más productivo llenar toda Extremadura de carreteras y hacer que los funcionarios extremeños sean de los que más kilómetros realizamos en toda Europa.

Digo carreteras porque mientras nos construyen una línea de alta velocidad de ferrocarril a un coste inmoral y que no está previsto que vaya a ninguna parte a corto plazo, nos prometen devolver el Talgo mientras nos desmontan los últimos restos del ferrocarril del Oeste (el Ruta de la Plata).

Y mientras, el Estado se dedica a "entretenernos" con lo bien que le están saliendo las medidas para que los díscolos catalanes no se le salgan del redil. Pero pensemos ¿cuantas de esas empresas que se van de Cataluña, vendrán a Extremadura? ¿cuantos turistas? ¿cuanta inversión? Es curioso que los primeros empresarios que se han quejado de esta desbandada y del boicot a los productos catalanes  hayan sido extremeños.

Me hace gracia el ver de repente a tanto patriota enarbolando la bandera española en Extremadura. Mucho más coherente me parecería enarbolar la extremeña, más teniendo en cuenta que Cataluña ha sido mucho mejor tratado por Madrid que Extremadura que, hoy por hoy sigue siendo el cazadero de Castilla y poco más.

Por otra parte no es nada de extrañar esta actitud en una comunidad autónoma que devino en ente político gracias al pulso que el Estado todavía franquista mantuvo al inicio de la Transición con las denominadas  Comunidades Históricas (Cataluña y País Vasco). Fue el famoso "café para todos".

Y no es que sienta demasiada simpatía por los líderes catalanes pero, si para declarar la República, suspendida en España por 40 años de franquismo y otros tantos de monarquía, no hay más remedio que separar un trozo del Estado...



Voy a terminar  volviendo a lo cercano, a Portugal y a nuestros vecinos portugueses con los que, aunque no lo creamos, tenemos más en común que con catalanes y castellanos.

En algunas comarcas han pasado un año muy duro y lo que les queda. Una Navidad sin niños, sin gente, sin esperanza, teñida de negro. Ellos no olvidarán fácilmente 2017.

Si alguien necesita nuestro apoyo son ellos.






Meus mais sinceros desejos de esperança e justiça para todos