sábado, 7 de noviembre de 2020

COVID19: UN BARCO SIN RUMBO - UM NAVIO SEM RUMO - UN BATEAU SANS DIRECTION

Buenos días, bonjour, bom dia.

Me he permitido comenzar este nuevo artículo dedicado a la COVID con un título prestado del blog de Antonio Turiel "The Crash Oil". En realidad su artículo se titula Nadie al Timón , que es lo primero que pensé yo ante la comparecencia de Pedro Sánchez el sábado 24 de octubre, para anunciar el primer Estado de Alarma de la Nueva Normalidad.

Y esto después de visitar al Papa. Si resulta que hay que recurrir a la Iglesia para  buscar soluciones, no es que la cosa vaya mal, es que esto ya es un "sálvese quién pueda".

Y ahora que he citado a Antonio Turiel os voy a dejar el enlace de un artículo que dedicó a los negacionistas y que seguro que podréis reenviar a alguien. Yo tendría varios candidatos, pero no los tengo en mi lista de wassap.

Él publicó dos versiones, yo os dejo el enlace a la más borde: Eres un pringao

Entre los que me conocéis seguro que sabéis a quien se la dedico...

A partir de aquí voy a intentar hilar todo lo que tenía escrito desde que empecé esta serie un 22 de marzo con aquel artículo PONGAMOS QUE HABLO DE MADRID

Y la verdad es que podríamos seguir hablando de Madrid, pero España no es sólo Madrid y hay que hablar de muchas otras cosas.

 

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EMPECEMOS POR LA ¿DESESCALADA?

Tengo que reconstruir lo que escribí en su día sobre la desescalada porque, vista con perspectiva, parece que más que una desescalada fue un salto al vacío. Fue como si nuestros gobiernos intentaran bajar una cuesta (la de la curva del COVID, que en realidad no era de bajada) en una bicicleta pinchada e intentaran arreglar las ruedas sin bajarse.

Vamos, que el trompazo estaba asegurado.

Sobre los criterios adoptados para la desescalada yo como muchos otros, creo que nunca llegamos a enterarnos y muchas preguntas quedaron sin responder:

¿Con qué criterios se decide descalar?
¿Cual ha pesado más?
¿Faltan o sobran critrerios?
¿Hay de verdad una colaboración entre regiones? ¿Y entre países?

A primera vista pareció que la desescalada se decidió analizando las curvas de contagiados y muertes, aunque en muchos casos las autoridades mantuvieron en secreto los criterios para pasar de fase. En el artículo original añadí una nota que decía: Buscar información. Pero ya paso.

Un tema que llamó especialmente mi atención al principio de comenzar a escribir se refería al caso de los asintomáticos. Como es un tema muy importante, pero no sé ya donde ponerlo, aquí va.


LOS ASINTOMÁTICOS.

Son aquellas personas que no poseen síntomas pero portan el virus y pueden transmitirlo. Es un tema crucial porque a muchos nuestros "super preparados" servicios de prevención de riesgos nos han dicho que nos nos acerquemos a ellos pero ¿qué sabemos de estos?

Primero: Que son muchos. 

Para muestra un ejemplo de las pocas poblaciones confinadas en las que se hicieron pruebas al 100% de sus habitantes.

*45% en la localidad italiana de Vo´Euganeo

*96% en el Portaaviones USS Theodore Roosevelt.



 Segundo: Que transmiten la enfermedad igual que los sintomáticos.

Tercero: Que aunque no muestren síntomas pueden sufrir patologías.

Cuarto: Que se han estudiado muy poco y que casi ningún país se ha tomado en serio su control.

Seguía diciendo hace unos meses: "Realmente son los asintomáticos los que están extendiendo el virus durante el desconfinamiento y son los que más hay que temer hasta la siguiente crisis grave".

 Ha sido una temeridad, por no decir otra cosa, permitir el desconfinamiento sin un control exhaustivo de los asintomáticos, especialmente en el caso de la gente que empezó a moverse tanto intra como extraterritorialmente.

 

LA NUEVA NORMALIDAD Y LA RECUPERACIÓN DE LA MOVILIDAD.

Después de un confinamiento que duró en España 99 días (76 duró en Wuhan) y pasadas las varias fases de la desescalada, entramos en lo que se llamó oficialmente "Nueva Normalidad". 

Una palabra curiosa donde las haya porque, si dices que existe una nueva normalidad, es que hubo alguna vez una vieja, pero ¿normalidad para quien? Me gustaría saber quién ideó el concepto. Por otra parte, y escuchando a nuestros políticos y a los grandes empresarios del IBEX pareciera que la meta no es volver a una Nueva Normalidad sino a la que había antes de la pandemia. 

Resumiendo, la prioridad de los países del primer mundo ha sido reflotar la economía y volver lo antes posible a algo parecido a la normalidad anterior.

Pero ¿alguien se ha preguntado si se puede o merece la pena reflotar la economía? ¿Especialmente una economía basada en la movilidad de personas y mercancías?

Porque la primera medida fue permitir los viajes sin restricciones. Estábamos a 21 de Junio y había que recuperar la temporada de Semana Santa y estaban a punto de llegar los turistas extranjeros. Y llegaron sin casi ninguna restricción.

Repartidos nacionales y turistas por todo el territorio nacional (y, en consecuencia, también el COVID de los portadores) llegaron los cierres de localidades que nunca habían tenido tantos casos antes y durante el Estado de Alarma. 

Algunos países, como el Reino Unido, se dieron cuenta que con la vuelta de sus nacionales, que habitualmente se concentran en las mismas zonas de costa, iban a repartir el virus por todo su territorio y pronto establecieron cuarentenas. Fue el principio del fin de la temporada turística veraniega.

Y con la vuelta de los turistas nacionales o "forasteros" pasadas las vacaciones, ocurrió algo parecido a nivel nacional. Ya que en España la población se concentra en unas cuantas grandes capitales, la "España Llena", allí acabaron todos los que habían viajado, llevando los virus que habían intercambiado con otros forasteros o turistas en los pueblos o lugares de veraneo. De aquí los repuntes como el caso de Madrid, Barcelona o Zaragoza.

En cualquier peli de serie A, B o C cuando hay una infección de cualquier tipo lo primero que hacen es confinar la población afectada, aparecen la policia, los militares, médicos enfundados en escafandras, etc... Luego la solución será una vacuna, tirar una bomba nuclear o yo qué se. Pero el confinamiento es siempre lo primero.

 

La amenaza de Andrómeda, dirigida por Robert Wise (1971) y basada en un relato de Michael Crichton. Fue mi primera película de este género y la que más recuerdo. La vería con nueve o diez años.
 

Resulta que en la realidad no. Dependemos tanto de la movilidad que la hemos antepuesto a una emergencia sanitaria del calibre de la del COVID. Y así nos va.

Cuando empecé estos artículos hablé de Portugal como ejemplo de eficiencia y control de la pandemia ¿Qué a invertido la tendencia? Pues simplemente los emigrantes y los turistas veraniegos.


EL SECTOR DEL AUTOMÓVIL Y EL TURISMO FRENTE AL COVID.

En el caso de España dos puntales de nuestra economía son traer o mover turistas (de fuera o de dentro) y fabricar coches, es decir, nuestra economía se basa grandemente en la movilidad.

Tanto es así que aquí no hubo medidas drásticas como en China, ya que los trabajadores, los esenciales y muchos no esenciales, no dejaron de moverse salvo en un periodo que no fue más allá de los 15 días.

Es curioso, pero cuando comencé estos artículos en Marzo dejé escrita la siguiente frase en el primer borrador:

 "Pero los próximos movimientos que se avecinan, por el turismo interno y externo, serán mucho peores para este estado de pandemia latente en el que actualmente nos encontramos"

Pues no había que hacer un master para saber lo que pasaría en el verano, es decir, lo que ha pasado.

Y claro nuestras primeras ayudas han ido al sector del automóvil ¿tiene sentido?

El sector del automóvil ya venía de capa caída desde hace años: Disminución de ventas (y disminución de accidentes que sí, están relacionados), menos personas que se sacan el permiso, incertidumbre con la "nueva movilidad", etc...

El cierre de Nissan se hubiera producido si o si, no se debe al coronavirus.

Mientras tanto resulta que las ayudas al automovil superan descaradamente a las ayudas a la educación: Automoción vs Educación: el gráfico que revela las desconcertantes prioridades económicas de España

El sector del turismo está relacionado con la movilidad, en el caso del extranjero con los vuelos baratos. Ya nos hemos olvidado pero los problemas de las aerolíneas estaban antes del covid. Así Thomas Cook dejó a 600.000 pasajeros varados en septiembre de 2019. Ryannair, la reina de los vuelos cutres, perdón Low-Cost, no dejaba de cerrar rutas ni de despedir personal.

Otro sector que no parece que vaya a recuperarse, y yo me alegro por ello, es el de los cruceros que, como el Nostromo de la película Alien, levaron anclas con el asesino dentro. Y es que las navieras imprudentemente no suspendieron sus rutas cuando la pandemia estaba ya desatada. Podéis leerlo en el siguiente artículo de Ignacio Ramonet en Le Monde Diplomatique: LA ODISEA DEL ZAANDAM, CRUCERO MALDITO

No sé si conocéis el dato, pero sólo los 47 cruceros que operan en y desde Europa emiten 10 veces más óxido de azufre que todo el parque móvil europeo (260 millones de vehículos): En Europa tan solo 47 cruceros emiten más óxidos de azufre que 260 millones de coches

La realidad es que tanto nuestro sector automovilístico como el turístico se van a la porra y de ello no tendrá la culpa (sólo) el COVID.


LA VUELTA A LAS AULAS.

Cierta Ministra dijo allá por Marzo que sin vacuna los niños no asistirían a las aulas pero... Mucho tiempo han tenido para prepararse, pero da la impresión que los responsables de Educación todavía están en ello.

Se podría haber planteado una educación a distancia mediante Televisión (que es lo que todo quisque tienen en casa) complementada con asistencia a clase por turnos y un respaldo a los padres que tuvieran que quedarse al cuidado, pero no.

No sé si después de esto a alguien le quedará alguna duda de que nuestro sistema de enseñanza es una especie de "guardería de alumnos" para que padres y madres puedan trabajar, y para ir clasificando a los niños y adoctrinándolos para los trabajos que les demande la empresa... 


 

Y es que con la polémica de si algunas Comunidades vuelven o no al confinamiento, parece que lo único que no se van a tocar son los colegios.

¿Alguien ha visto como se ponen de madres y padres los coles a la hora de la entrada o de la salida? Pues ya sabéis donde puede estar un foco importante de contagio.

Podríamos hablar largo y tendido de si éste sería el momento de buscar otra forma de enseñar (no de clasificar humanos) pero, si buscáis propuestas aquí os dejo una: La sociedad desescolarizada de Iván Illich, 1985
 

Como todo el tema de la educación capitalista requeriría entrar más en profundidad, lo dejaré para otro artículo que quizá nunca escriba.

 

¿Y EXTREMADURA QUÉ?

Bueno, en esta Comunidad "a remolque" (como siempre) hemos sufrido la influencia típica de las regiones del tercer mundo dentro del primero. A los pueblos llegaron tanto los emigrantes de otras comunidades como los "intrarregionales" que se intercambiaron virus en las distintas lenguas.

Luego vuelta a las "capitalinas" y a los repuntes con el consiguiente reguero de ciudades y pueblos confinados en un número que crece día a día.

Pero aún así ¡viva la normalidad y el metacrilato! Por decreto volvimos a ella el 22 de marzo, sin desarrollar el teletrabajo ni otras medidas de conciliación... Curiósamente alguien sí estaría pensando y, después de dos semanas de lleno total, en nuestro caso volvimos al teletrabajo al 50%.

La noticia es que, con Galicia y Canarias, no hemos decretado el Estado Alarma Light (más bien lo llamaría un "Estado de Susto"). No nos hace falta, ya que estamos rodeados, y además tenemos al duo dinámico (Vara y Vergeles, con V de victoria) vigilando la valla.

Pero las noticias van por otro lado, especialmente lo que nos cuentan los colectivos de sanitarios y la fría estadística. Os dejo aquí una noticia de Abril, para que no se nos olvide: Cáceres, la provincia con la tasa de letalidad por Covid-19 más alta de España

¿Algo ha cambiado desde entonces? (para bien, se entiende) dejo que cada uno se responda.


SOBRE VACUNAS ¡QUE VIENEN LOS RUSOS!

Según los medios de masas pareciera que el futuro sólo se centrara en una cuestión ¿cuando llegará la vacuna?

Aquí hay cierta guerra entre países sobre quién la sacará primero y cual será más fiables. Muchas críticas han recibido los rusos, pero resulta que ese país tiene más experiencia en vacunas casi que ningún otro. Y ello por herencia de la antigua URSS.

El caso es que los pasos que supuestamente se han saltado los rusos en su desarrollo también lo están haciendo compañías privadas y no parece que a nadie le moleste.

Una última reflexión: ¿No pueden los estados ponerse de acuerdo para que la vacuna sea un proyecto público no asociado a ninguna empresa? Porque si una corporación farmaceútica, la que sea, se va a lucrar con esta tragedia, ello garantizará que la vacuna no llegará a todo el mundo por igual y para que sea efectiva tiene que llegar a toda la población del mundo y no sólo a aquellos que puedan pagarla. 

Para los defensores de la empresa privada les recuerdo que está bien documentado que la mayoría de la investigación en salud tiene su origen en instituciones públicas. Podéis documentaros en Small is Beautiful, lo grande está subvencionado, de Steven Gorelick, o en algunos títulos de Jörg Blech como Medicina Enferma.

Otra cosa que me preocupa también es el hecho de que los Estados se están blindando contra posibles reclamaciones.

Porque no sólo VOX ha puesto denuncias, muchos colectivos lo han hecho igual, y todas ellas han ido, de momento, a la papelera: La Fiscalía pide al Supremo archivar las querellas contra el Gobierno por su gestión de la pandemia

Pero el futuro es más complejo que conseguir la ansiada vacuna.


UN FUTURO DEMASIADO NEBULOSO.

Parece que ya nos hubiéramos olvidado de la triple crisis que Ignacio Ramonet citó desde las páginas de Le Monde diplomatique ya hace algunos años: Se trataba de una crisis climática, energética y alimentaria. Lo reflejó muy bien en su libro La catástrofe perfecta.


 

El caso es que el COVID tiene que ver bastante con la crisis climática, pero también con las otras dos. Al final todo confluye en una crisis económico-social que hará palidecer a la de 2008. Pero el COVID no es el culpable, simplemente lo ha precipitado todo.

Si, quizá haya que hablar de colapso, pero lo dejaremos para otro post. Ese sí pienso escribirlo.


BUSCANDO CULPABLES.

Cuando no se encuentran soluciones, porque no las hay o las que hay no interesan, lo más cómodo para los "poderes fácticos" es buscar un culpable o culpables y es este un tema que no quiero dejar pasar.

Nos vamos a remontar a 2004.

Cuando sucedieron los atentados en Atocha y otros lugares de Madrid el 11 de marzo de 2004 (191 muertes) muy pronto se escucharon a los voceros que pregonaban que ETA era la responsable.

Yo tardé algunas horas en saber del suceso, pero en cuanto se empezó a echar la culpa a la banda terrorista mi primer pensamiento fue: "Ojalá, sería el fin para la banda, pero no tendremos tanta suerte". 

Lo de suerte es un decir, especialmente para las víctimas. Con esto me refiero a que quedara una esperanza para ellas de que se hiciera justicia por los asesinatos.

Y no tuvimos tanta suerte: Entre acusaciones de unos y de otros, unas elecciones en ciernes y una situación internacional convulsa, fuimos conociendo de cerca algo que entonces llamaron y seguimos llamando "terrorismo yihadista", una especie de "cajón de sastre" en el que cabía cualquier cosa, pero que vino muy bien a muchos gobiernos y administraciones para mirar para otro lado en vez de admitir sus propias responsabilidades.

Porque el terrorismo yihadista tiene raíces muy oscuras que se entretejen con gobiernos e instituciones globales, y sus víctimas nunca estarán seguras de quién movía los hilos. Si queréis saber más podéis leer La Trastienda del Terror de (Richard Labévière, 2004) o La Yihad (Gilles Kepel, 2006).


Nunca se sabrá del todo quien movió los hilos de los atentados de Atocha y de aquello hay mucha información digital y escrita, con segundas intenciones o sin ellas. Por aquel entonces la denuncia contra el Presidente Aznar, acusado por muchos de ponernos en la diana de los terroristas, se archivó sin más.

Porque gobiernos, administraciones y las grandes corporaciones que los manejan siempre han rebuscado para encontrar culpables ante los grandes desastres y aplicar medidas extraordinarias aprovechando el miedo de los ciudadanos. Es aquello de "a río revuelto...". Más modernamente se conoce como la Doctrina del Shock (por el libro de Naomi Klein de 2007)

Así este terrorismo postmoderno también fue útil para que los ciudadanos permitieran que sus Estados los controlaran, situación que fue aprovechada por estos para, a su vez, ejercer más control sobre los grupos más a la izquierda de la globalización neoliberal capitalista.

Pero en un país como España, adoctrinado desde 1939 hasta el punto de que cimentamos nuestra democracia en el olvido de las víctimas de la dictadura, llegando incluso al extremo de conservar, y defender, a una Monarquía que fue reinstaurada por el Dictador ¿nos puede extrañar algo de todo esto?


 

Ahora voy a remontarme aún más para hablar de un suceso que siempre me intrigó mucho. Ocurrió en España en 1981. Fue la mayor catástrofe alimentaria y sanitaria habida en España hasta la actual: El síndrome del aceite tóxico (SAT) de 1981.

Ya han pasado casi 40 años de aquel suceso que afectó a unas 25.000 personas y produjo entre 3.000 y 4.000 muertes (como en el caso del Covid tampoco aquí están claras las cifras a pesar del tiempo transcurrido). El asunto se saldó con 13 condenados por adulterar aceite y la mayor cifra de responsabilidad civil jamás pagada por el Estado español a las víctimas de un delito. Hasta el año 2002, el importe total de las indemnizaciones de la sentencia de la colza ascendía a 1.621.460.081,90 €. 

Ni siquiera quedó claro que el aceite fuera el culpable ya que todavía se desconoce el agente químico causante.

Para más escarnió sólo se indemnizó a las víctimas que aceptaron la versión oficial, la del aceite.

Si queréis saber más mirar aquí: El síndrome tóxico es el único tema de la Transición que no se toca


Una madre atiende a su hijo afectado por el síndrome tóxico en Extremadura, en 1981. Autor: Paco Elvira

La realidad es que nunca se ha condenado a ningún gobernante por desproteger a la población ante una emergencia de estas magnitudes. Muchas víctimas de los atentados de Madrid como las del SAT nunca llegarán a saber quienes fueron los verdaderos culpables y menos a verlos condenados.

Del COVID tampoco. Como siempre dirán que no hubo culpables, que fue "causa mayor". Pensar no sólo en las miles de personas directamente afectadas, sino también en todas aquellas en espera de pruebas o tratamientos que ven como nuestros depauperado sector sanitario ("el mejor del mundo llegaron a decir del español") se encuentra superado, con las listas de espera batiendo records. 

Pensar también que en marzo podíamos estar desprevenidos, aunque nuestros gobiernos confinaran tarde y mal, pero ¿y en el verano y otoño?


CHINA COMO CHIVO EXPIATORIO.

Aquí de momento, y a pesar de todas las dudas razonables, ya existe un culpable: China.

Pero son muchos los factores que nos precipitaron a la tragedia y que no tienen que ver con China, así voy a enumerar unos cuantos que se me ocurren (no están en ningún orden concreto y seguro que faltan):

Unos sistemas sanitarios adelgazados por tantos años de recortes, especialmente en los países más ricos.

Unas economías incapaces de producir lo que hace falta en el momento oportuno. La economía globalizada ha trasladado la fábrica del mundo a Oriente y es verdad que esos países pueden producir lo que sea en muy poco tiempo pero ¿y si ellos mismos también se ven afectados? Yo hasta ahora no me había imaginado que hasta el Paracetamol se fabrica en China.

Una falta de liderazgo mundial que fue incapaz de organizar la ayuda: Ni la ONU, ni la OMS (que pueden recomendar pero no obligar) ni los E.E.U.U., ni la OTAN, ni la Unión Europea. Los únicos países que acudieron en socorro de Italia cuando lo peor de la crisis fueron China y Cuba. De esta actuación ha quedado una frase memorable atribuida a un médico cubano: "La solidaridad no es dar lo que te sobra, es compartir lo que tienes".

Un sistema de transportes globalizado que ha demostrado lo rápido que se puede extender una pandemia.

Unas corporaciones médicas y farmaceúticas en las que ningún gobierno osará intervenir para que de verdad trabajen para las personas y no para los intereses de sus accionistas. Esto es lo que viene pasando y es lo que seguirá en el futuro. ¡Ni hablar de naciolizaciones!

Unos ecosistemas exhaustos, invadidos por los humanos y donde cada vez son más posibles los saltos de los virus desde los animales salvajes a los domésticos y de estos a los humanos.

Una alimentación hiper-procesada que cada vez nos hace más vulnerables a estas y a otras enfermedades. Por no hablar de la facilidad de transmisión en las plantas de producción.

Las instituciones de soledad asistida o el hecho de que en nuestros avanzados países "hay familias que, muchas veces por no tener alternativa, se separan de sus ancianos dejándolos a cargo de instituciones de soledad asistida (léase asilos o residencias) ahí donde las estadísticas registran casi la mitad de los casos mortales de covid. Pero esto es en si mismo un tema tan molesto que esencilmente se traduce en un silencio clamoroso, del que son partícies, por la incomodidad que les provoca, los medios de comunicación" (del artículo Confinados en la Matriz, de Denis Duclos. Le Monde Diplomatique en Español, Junio de 2020)

¿Quienes son entonces los culpables de que hayamos llegado a esta situación? Porque el origen del virus ahora ha podido ser China, pero antes fue la frontera entre los Estados Unidos y Méjico, otra veces ha sido en África (aunque estos nos preocupan menos) o en Oriente Medio y la pregunta siempre es la misma:

 ¿Estamos preparados? porque sí o sí seguirá habiendo alertas sanitarias y todo indica que cada vez con más frecuencia.

 

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Una última cuestión: ¿Porqué resulta que ahora el Estado español se niega a confinar los territorios de las Comunidades Autónomas que se lo piden insistentemente? Porque no se quiere volver a la situación de Marzo, tan dura para la economía capitalista. 

El Estado ya se ha decidido a sacrificar a los ciudadanos a fin de volver al denominado BAU (business as usual, es decir, negocios como siempre). Si queréis profundizar en esto del BAU aquí os pongo un enlace: Qué es el BAU

No es la nueva normalidad, es la normalidad del capitalismo.

Es una actitud a mi juicio criminal, pero nadie acusará al Estado como tampoco lo acusaron de los atentados de Madrid ni del SAT.



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Hasta aquí el refrito de todo lo que tenía que contar desde marzo sobre la pandemia del COVID19. Quedan dos o tres de artículos colaterales (los incendios forestales y la pandemia, los relatos colapsistas, el cine y las pandemias, etc...), pero yo ya no pienso dedicarle más artículos a este tema, al menos de forma exclusiva.

Un consejo: Si seguís el asunto en los medios, guiaros más por LO QUE NO CUENTAN pero no os apoyéis en las redes sociales, porque esas nos tienen tan calados que siempre nos cuentan lo que queremos escuchar.

 

Salut, saudaçoes, saludos