domingo, 30 de marzo de 2025

NUESTROS AMIGOS LOS COCHES I: Los coches y yo antes de conducir... legalmente.

NOS AMIS LES VOITURES I : Les voitures et moi avant de conduire... légalement.

NOSSOS AMIGOS OS CARROS I: Os carros e eu antes de dirigir... legalmente.

 

Buenos días, bonjour, bom dia, a lus güenus días

Los queremos y los odiamos a la vez; nos son útiles pero también son una carga, especialmente económica; nos pueden dar muchas satisfacciones, pero también son motivo y causa de accidentes e incluso nos pueden llevar a la muerte. 

Si, me refiero al COCHE (car, voiture, carro, etc...)


Los coches nacieron hace poco más de un siglo, pero lo que no nos contaron es que probablemente asistamos a su final, y de eso tratará este artículo. 

Bueno, este en concreto no, pero ya llegaremos.

Un momento ¿VAN A DESAPARECER LOS AUTOMÓVILES? Pues todo indica que sí, por lo menos la mayoría de ellos, poco a poco o de golpe. 

Ahora tratar de imaginar un mundo sin turismos, sin vehículos particulares, sin movilidad privada ¿A QUE NO SOIS CAPACES? Es que ahora que parece que el tema por antonomasia es la transición eléctrica, nos recuerda ANTONIO TURIEL en EL GRAN DESPILFARRO que: "El verdadero marco en el que discutir el futuro del coche eléctrico, aparte de sus muy numerosas limitaciones, es el final de la automoción privada".

Me voy ahora a contar batallitas. 


Mis primeros coches como ocupante.

Aunque he hablado del SEAT 850 ESPECIAL como "mi primer vehículo", quizá el primero en el que monté fue en alguno de los taxis del pueblo, ya que mis padres nunca tuvieron uno. 

Sé que mi padre hizo algún intento de sacarse el permiso de conducir, pero no aprobó, se acobardó y no volvió a intentarlo. Así nos quedamos sin estrenar un SEAT 127 o un 124. Lo sé porque por algún cajón había propaganda de esos dos modelos. Lo más parecido a la automoción privada fue una yegua blanca en la que mi padre viajaba de su pueblo al mío. La recordaba con mucho cariño... 

De vez en cuando también utilizamos burro y alguna mula, bastaba con que te la prestara algún vecino.

El caso es que vivieron toda la vida sin coche, dependiendo de los autobuses de la empresa MIRAT, de algún vecino, amigo o familiar y de los taxistas de mi pueblo y de los de los alrededores. Y no creo que les fuera demasiado mal en este aspecto, el de la movilidad, más viviendo en un pueblo (en la actualidad sería mucho peor).

Los taxistas de Villa del Campo eran dos:

Tío Lope conducía un legendario SEAT 1500:


Maxi un no menos legendario DODGE BARREIROS:


Antonio, de Guijo de Galisteo, tenía un CHRYSLER 180:


Los taxistas iban cambiando de vehículo y así llegaros los SEAT 131 SUPERMIARAFIORI, los FORD GRANADA, el TALBOT SOLARA y el más moderno HORIZON, los CITROËN BX, etc...

Otros vehículos que recuerdo de mi infancia eran los de algunos de mis familiares,  y otros que circulaban por el pueblo como la furgoneta SAVA de Ignacín o el camión AVIA de Vicente. También recuerdo los LAND ROVER y los RENAULT 4 de la GUARDIA CIVIL y también las viejas VESPA. Viajé mucho en el SEAT 124 de Don Domingo, el médico, con el que algunos fines de semana íbamos al Pantano de Borbollón.

Casi todos eran vehículos fabricados en España. 

El primer deportivo que vi fue un RENAULT ALPINE A110 y también recuerdo un PORSCHE CARRERA (o quizá un 911). Ambos circulaban por CÁCERES en mis años de internado.

Renault Alpine A110
 

Cuando comencé a viajar regularmente por causa de  los estudios, primero a Cáceres y después a Madrid, lo habitual era coger el autobús en el caso de Cáceres, y un taxi compartido para ir a la capital.

Pero también funcionaba un prehistórico blablacar. Mi madre a veces conseguía enterarse de que tal o cual vecino podía llevarme y, previo pago (a veces de gorra) tenías una plaza "cómoda" en algún coche. Lo pongo entre comillas porque llegué a viajar bastantes veces pegando cabezazos en el techo de un SEAT 600 e incluso en MINI, aunque tengo que decir que en realidad el Mini Cooper me pareció bastante cómodo para su tamaño y para su época. 

Eso sí, en él viajabas "rozando el suelo".


Los taxistas que viajaban a Madrid se gastaban coches bastante más "a la última". Entre ellos recuerdo el impresionante CITROEN CX FAMILIAR de ocho plazas:

 

Pero los viajes más pintorescos que recuerdo a la capital lo fueron en un RENAULT 8 como este:

Aquellos larguísimos viajes, con la Autovía a medio construir, escuchando a LUIS COBOS en el radiocasette no se me olvidarán nunca.....

Y una que hice en el Avia de Vicente aprovechando un traslado de muebles ¡SEIS HORAS DE TRAYECTO!

Creo que era un doble cabina, aunque no lo recuerdo bien. Lo que sí recuerdo es que las puertas no cerraban bien y recurríamos a una soga para asegurarlas. Era invierno e hice todo el viaje con el abrigo puesto. Por supuesto no podía circular por autovía (tampoco había muchas entonces).

Los últimos viajes a Madrid que recuerdo los hice en el fantástico OPEL OMEGA de Eduardo, un coche parecido a este:


Pues así viajé durante toda mi vida de estudiante, en transporte público (otro día hablaré de autobuses) o en coches prestados, siempre de pasajero o de "polizón". 

Pero ya con mi flamante título universitario tenía que pensar en pasar a la acción, cosa que todavía tardé cuatro años, uno después de sacarme el carnet y ya con mi primer trabajo.

Por la parte negativa, desde muy pequeño aprendí que aquellos artefactos tan útiles también causaban la muerte. Algunas muertes de vecinos del pueblo, conocidos o parientes (lejanos en mi caso) y especialmente los sonados accidentes de NINO BRAVO y de CECILIA, verdaderas estrellas mediáticas de la época, tuvieron mucha influencia en mi generación.

Para terminar esta parte un recuerdo a los coches "de la familia", es decir de mis tíos y similares, y de unos pocos amigos. Entre estos estaban los  SEAT 124, 127, el RENAULT 12, el CITROËN 2CV y otros cuantos. 

Estuve a punto de heredar uno, un SEAT 132.

¿En qué estaría pensando cuando rechacé esta oferta? El coche estaba en el taller, pero salvo eso era gratis... A lo mejor era una mierda al volante, pero a mi me parecía, y me sigue pareciendo, bastante chulo..

Comienzo a conducir "de mentira".

Un inciso ahora para hablar de JUGUETES, porque en realidad el primer coche que tuve al volante fue este:


Este JARAMA del fabricante de Ibi COLOMA Y PASTOR lo recibí ya con unos cuantos "kilómetros" o sea, de segunda mano. Pesaba casi 20 Kg. Mis amigos y yo ya no éramos tan pequeños y no entrábamos bien, con lo que nos era casi imposible mover los pedales. Jugábamos a tirarlo por una cuesta y derraparlo en el último momento, junto a la casa de tío Eliseo y tía Basilisa. Aparte de los roces y piteras alguna vez nos llevamos la bronca por estrellarlo contra su puerta.

Otro que también tenía "volante de verdad" fue este:


Recorrí kilómetros y kilómetros sin salir de casa o en mi calle con este MERCEDES TRÁFICO RADAR del fabricante RICO. 

Otros coches de juguete que recuerdo, de entre los ¿cientos? que tuve (literalmente, en varias ocasiones me regalaron bolsas llenas), son las miniaturas en metal de GUISVAL o PILEN. También alguna de MATCHBOX y de MAJORETTE.

Mi último coche de GUISVAL. El Renault 12 familiar de la Policía. Las cabezas de los agentes están todavía por ahí, en alguna figura de metal...

También un bólido de fórmula 1 que acabó estampado desde un quinto piso. Creo que era parecido a éste, del fabricante español SANCHÍS:


 También recuerdo haber jugado con el camión portacoches de GOZÁN.


Con el SCALEXTRIC no es que aprendiera mucho (salvo a correr y a salirme de la pista), pero el mío, del fabricante patrio EXIN, todavía sobrevive.


De aquí pasamos a las maquetas. En 1982 me regalaron la primera de un coche y desde entonces no es que haya construido muchas. Fue el FORD CAPRI II de AMT/MATCHBOX.


Tardé en llegar a las figuras de escala 1/43 y más todavía a los vehículos de RADIO CONTROL, un sueño de mi niñez y que hice realidad con bastantes añitos. 

Dejo ahora mismo los juguetes, las maquetas, los coches de la tele, los de las películas, los de los cromos y todos aquellos coches inalcanzables que aparecían en las revistas del motor, para hablar de ellos en otra ocasión.

Nos ponemos ahora manos al volante, al volante de verdad.

 

Primer coche "de verdad", el SEAT 850.

Una vez monté en un mini kart de gasolina de esos que llevaba tráfico a la Plaza Mayor de Cáceres y quedé espantado. Ni acabé el recorrido. Vamos que ni en los coches "chocones" monte nunca. No, parecía que aquello no era lo mío. Y eso que los coches me gustaban mucho. 

Entonces llegó él.

Vídeo aquí: https://www.youtube.com/watch?v=KIeUy_2fjv0

Sobre el modelo podéis buscar por ahí sus características y algunos artículos curiosos, por ejemplo este: Despoblados y Abandonados: SEAT 850 ESPECIAL 

Este coche ya tenía una larga historia cuando llegó a mis manos. Fue a finales de los 90 del siglo XX. En realidad llegó a las manos de un amigo que lo "heredó" de otro hermano mayor. Este a su vez creo que también lo heredó de un vecino o familiar. Vamos, que cuando llegó a nosotros ya había pasado por dos, tres o cuatro manos.

Hizo muchos viajes entre Madrid y Villa del Campo, pero resultó que cuando lo  "jubilaron" tuvimos que ir a buscarlo a Valencia, donde vivía su propietario de entonces. Allí había sufrido un accidente y hubo que reconstruirlo antes de traerlo.

Dicho y hecho: Compramos varias herramientas, entre ellas un martillo para chapa y por las tardes nos íbamos a una huerta cercana a dar martillazos. La mañana la dedicábamos a recorrer todos los desguaces de BURJASSOT en busca de todo tipo de piezas, algunas tan grandes como la tapa del maletero (que en el 850 iba delante). Encontramos una con restos de sangre que no nos pudimos llevar porque el dueño del desguace nos dijo que el accidentado todavía estaba inconsciente...

 

Cantidades ingentes de masilla obraron el milagro, pero lo más efectivo fue el martillo. Tanto ruido hacíamos que una tarde se nos acercó intrigado un guarda de la huerta para ver si habíamos robado el coche... 

Una vez reparado lo peor, el coche fue hasta Madrid en tren y desde allí por sí mismo hasta el pueblo. Unos cuantos calentones obligaron a parar varias veces por el camino. 

Cuando llegó no volvió a salir a la carretera o muy poco. Para echar gasolina íbamos a Pozuelo por el camino, lo dejábamos aparcado junto a la ermita, donde no se viera, y después íbamos a pata a llenar una garrafa de 5 litros. 

Todavía nos dio algún fallo de motor, pero aprendimos a desmontarlo casi entero. Una vez se nos partió por la mitad alguna pieza importante, el carburador o la bomba, no recuerdo. La pegamos con superglue o supergen ¡y volvió a funcionar!.


Aún así el coche se calaba cada dos por tres y a veces teníamos que montar en marcha...

Creo que acabó sus días en algún huerto, convertido en gallinero.


No volví a conducir ningún otro coche hasta las prácticas de la AUTOESCUELA, que hice en un PEUGEOT 205. Aprobé a la primera en 1993 con 25 años...

Es ahora cuando empiezo a conducir de verdad, pero esa ya será la historia de otro artículo.

Saludos, salut, saudaçoes, hasta luegu