PROFESSEURS DE VILLA DEL CAMPO - PROFESSORES DE VILLA DEL CAMPO
Buenos días, bomjour, bom día
Esta vez escribo para despedir a alguien, a la que fue mi maestra de 2º y 3º de EGB, DOÑA AURELIA.
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| 1973 (creo). Si no sabéis quienes son las dos niñas os lo digo yo: Mª JOSÉ CÁCERES y GEMA Mª SANTOS |
Aparte de que a muchos os habría dado clase, hay algo que considero importante y es que, tras mis padres, fue la última maestra que vivió en el pueblo. En realidad es que era del pueblo.
Y es que ahora los niños sólo conocen a sus maestros el año que reciben sus clases. Si la localidad no es muy grande coincidirán por la calle o en las tiendas, pero en las ciudades...
En los pueblos los maestros eran una institución, a veces para bien y otras para mal. Pero hace ya muchos años que en VILLA DEL CAMPO, como en la mayoría de pueblos pequeños, no vive ninguno. Muchos viajan a diario desde localidades como CÁCERES (100 km) o se van a otras más cercanas pero mejor dotadas como MONTEHERMOSO o CORIA.
AURELIA, tras su jubilación, siguió viviendo en su casa. Viuda, con los hijos fuera, aguantó allí hasta que la edad, y la consiguiente merma de salud, comenzó a imponer su lógica y tuvo que abandonar el pueblo para trasladarse a TRUJILLO.
Guardo algunas imágenes de su etapa escolar:
Me tienta seguir poniendo fotos y contar cosas de aquellos años tan "convulsos", años en los que pasamos de la dictadura a la democracia, o eso dicen... Recuerdo como si fuera ayer el referéndum que organizó en clase DOÑA AURELIA (en 1976) a imitación del "Referéndum sobre el Proyecto de Ley para la Reforma Política " por lo alborotados que estábamos ante un "palabro" que desconocíamos (nosotros y la mayoría). También recuerdo muy bien lo que voté, pero esto lo dejo para otra vez.
Voy a terminar con un comentario y algunas imágenes más.
Ya os dije alguna vez que las casas de los pueblos al final acababan llenas de trastos y de nostalgia. En la mía además se unen los recuerdos de la ESCUELA: montones de objetos como libros de clase, registros, mapas, carnets de estudiante (que voy devolviendo según localizo a sus propietarios), cuadernos, lapiceros, reglas, pupitres, sillas e incluso la mesa y el armario que utilizó mi madre.
Otra joya que guardo es un LIBRO DE VISITA DE INSPECCIÓN, abierto en 1897 y finalizado en 1973 con una visita al primer curso, cuyo profesor en ese entonces era PEDRO SANTOS BARQUERO, mi padre.
Pero hay algo más y es que, además de ser el último domicilio de dos de los maestros, mis padres, en una ocasión mi casa fue utilizada para dar clases.
No me sé muy bien esta historia, pero creo que en aquel entonces mi abuelo era el secretario del Ayuntamiento y por alguna reforma en la antigua escuela cedió un salón y algunas habitaciones de lo que anteriormente había sido el COMERCIO de mis bisabuelos. Esto era para que las niñas siguieran dando clases (entonces había segregación por sexos en la pública).
Mi madre recordaba que le era un poco extraño no tener que salir de casa para ir a escuela.
Allí, en el mismo salón, es donde he ido reuniendo todo lo relacionado con la escuela pero ¡ME FALTA UN BANCO DE MADERA!
Todos mis tíos fueron maestros, carreras que mis abuelos les dieron gracias a las aceitunas (y al estraperlo de aceite). La mitad de mis primos maternos han acabado dando clase.
Cuando veo las vacaciones de que disfrutan y las posibilidades que tienen para moverse de puesto e incluso para trasladarse a los lugares más apartados, donde ya nadie quiere ir, pienso ¿PARA QUE COJ.. ME HICE FORESTAL?
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En fin, un recuerdo para DOÑA AURELIA, para mis padres, mis tíos y para todos aquellos MAESTROS DE PUEBLO que aguantaron y aguantan al pie del cañón para contribuir a que no desaparezcan más escuelas (y población) de nuestros pueblos.
Saludos, salut, saudaçoes