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sábado, 7 de mayo de 2016

El Gran Incendio Parte 2 - Los Incendios Forestales, sus causas y factores que intervienen en su propagación

Bonjour, buenos días, bom dia

Vamos a dejar hoy la Sierra de Gata y en este segundo capítulo del "Gran Incendio" vamos a hablar de los incendios forestales en general. 

Empecemos con unas pocas definiciones. 

Un incendio forestal se define básicamente en oposición a lo que sería uno agrícola, urbano o industrial. En el primero arde básicamente vegetación forestal (la definición de lo forestal daría para otro artículo y no voy a entrar aquí, simplificando mucho decir que se considera terreno forestal todo lo que no es agrícola o urbano). En los otros suelen arder cultivos, árboles frutales, edificios habitables o no y otras instalaciones. Normalmente el componente vegetal de lo que arde es lo que denominamos el combustible. Un gran incendio forestal puede afectar a zonas agrícolas, urbanas, industriales y de otros tipos. Como muchas veces la frontera entre lo agrícola, especialmente cuando está abandonado o sin explotar, y lo forestal es más bien difusa, la mayoría de incendios afectan a superficie de ambos tipos siendo en ocasiones muy complicado delimitar una y otra. 

Todo incendio forestal comienza como lo que se denomina un conato. Es un incendio de pequeña superficie (menos de una hectárea) y que, en condiciones normales, es rápidamente sofocado por los medios de extinción.

Los conatos pueden tener diversos orígenes que están convenientemente tipificados y que se reflejan en la estadística oficial. Un análisis de su número y distribución es muy útil para determinar sus causas y la forma de prevenirlos. Algunos conatos derivan en incendios y en determinadas condiciones estos pueden acabar en los denominados Grandes Incendios Forestales (en adelante GIF) como fue el caso de agosto de 2015.

Y ahora vamos a tratar de las causas. 

Determinar las causas y otros aspectos de los incendios es un asunto esencial para poder prevenirlos y para ello se elabora una estadística nacional, (en ella estuve implicado de 1993 hasta 1996). Por desgracia, y por falta de medios, en aquel entonces apenas se investigaban las causas y muchos siniestros resultaban de origen desconocido. 

Un problema derivado de lo anterior es que los medios habitualmente asocian causa desconocida con intencionado. Es decir, el desconocimiento lleva a pensar en la intencionalidad y al final a una mayoría de personas les cuesta ver que los incendios puedan tener causas accidentales o naturales. Especialmente en el caso de los GIF. 

Actualmente y con más medios se llega a averiguar la causa de muchos siniestros pero no se tiene tanto éxito en determinar el causante directo en el caso de los provocados por el hombre, si lo hubiera.

Y en las causas y sus causantes es donde está la principal cuestión ya que todo GIF comienza por uno o varios conato.

Tipología de causas: El inicio del fuego.
En este cuadro resumen extraído de la Wikipedia y que se detalla en el enlace Causas de los Incendios Forestales podemos ver una distribución clásica de las mismas:


Señalemos que los porcentajes se refieren al número de siniestros. Porque un gran incendio puede originarse tanto por causas naturales como por otras. Y aunque las que mayor interés mediático generan son las causas englobadas dentro de la categoría de intencionados, en los últimos años la superficie quemada en España con causa conocida se viene repartiendo más o menos a partes iguales entre incendios intencionados y los debidos a negligencias o accidentes.
           
Si nos fijamos en el caso del incendio de Sierra de Gata y en muchos otros de gran carga mediática, desde el principio se buscó un culpable: Es el pirómano o el incendiario (que no son lo mismo), pero en muchos incendios las causas fueron naturales o accidentales. Estos últimos se pueden deber a actuaciones en principio lícitas, que pueden estar reguladas o limitadas y que por diversas causas degeneran en incendios. El incendio de Cañaveral de 2006 provocado por unos trabajos de soldadura en la Autovía de la Plata puede ser un ejemplo.

Los fuegos provocados intencionadamente únicamente para hacer daño podrían asimilarse a actos de terrorismo (la diferencia entre incendiario y pirómano se debe a que este último es considerado un enfermo mental) pero no son lo más habitual en Extremadura. En este sentido una quema de matorral destinada a producir pasto para el ganado, aunque sea ilegal, no se hace con la intención de quemar un pueblo. Para saber más pueden leer el siguiente artículo publicado en Rebelion.org Recortes en la lucha contra incendios


Resumiendo: Aunque la mayoría de los fuegos tiene su origen en el factor humano (95%) no siempre los causantes son incendiarios o pirómanos. Puede ser la gente en sus actividades habituales. Una cerilla, una colilla mal apagada, una chispa de alguna máquina, un corte de una línea eléctrica o un escape de un vehículo pueden provocar el primer fuego o “conato”.

Pregunten como estaban las poblaciones de Sierra de Gata en agosto, doblando o incluso triplicando la población. Más gente son más vehículos, más colillas, más maquinaria... en resumen: Más riesgo.


Pero como no es muy políticamente correcto echarle la culpa a los turistas es lógico que otras motivaciones cobren más interés, especialmente en los medios. Por otra parte la opción del incendiario es muy cómoda ¿Porqué? Porque permite eludir responsabilidades, especialmente las políticas y las de la Administración. Es más fácil echar la culpa a un posible “maleante” que buscar la causa en años de abandono rural y en la falta de políticas forestales entre otras.

En este aspecto todo esto me recuerda mucho a siniestros como el del tren ALVIA de Santiago de Compostela o al del Metro de Valencia. Allí no se miró más allá del responsable directo y los responsables indirectos quedaron, de momento, impunes.

Después de esta introducción a las causas y antes de situarnos en los sucesos de este verano vamos a hablar de los principales factores que, una vez originada la chispa inicial, intervienen en la propagación del mismo, haciendo en que se quede en conato o degenere en un GIF.


Factores intervinientes en el comportamiento del fuego: De conato a gran incendio.


Aquí hay que ponerse un poco “técnico” pero no mucho, no se asuste nadie. Y es que aunque todo incendio, grande o pequeño, comienza por un conato, son varios los factores que llevan a generar un gran incendio. Los que más influyen en el comportamiento del fuego son tres: 


Los dos primeros factores, clima y topografía, son difíciles o imposibles de modificar y ya hemos hablado de ellos al tratar de las características de Sierra de Gata. 

Con ellos sólo cabe aplicar el “Principio de Precaución”, es decir, hay que estudiar muy bien el territorio, determinar las zonas que por estas características están más expuestas a sufrir incendios graves y actuar en consecuencia. Un ejemplo: En estas zonas no debiera estar permitido el asentamiento permanente de población (segundas viviendas) ni ciertas actividades de ocio o turismo, bien en todo el año o en ciertos periodos (peligro alto de incendio).

Si, a lo mejor habría que cerrar alguna piscina en agosto... Porque, si resulta que no se permite acampar en las zonas inundables de los ríos, entonces ¿si se van a permitir esas aglomeraciones de bañistas en mitad de un polvorín?

Pero hay otras opciones. Si no hay más remedio hay que proteger convenientemente las instalaciones o los bienes que se vayan a instalar en esas zonas de alto riesgo. Se puede aprovechar la topografía para instalar cortafuegos (zonas sin vegetación) áreas cortafuegos (zonas aclaradas) o vías de escape, pero ante los GIF los cortafuegos pueden ser insuficientes y las pistas convertirse en ratoneras.

Pasemos al tercer factor el combustible. 

En los fuegos urbanos los bomberos primero ponen a salvo a la población y después esperan a que se queme el combustible, normalmente concentrado en el espacio (en poblaciones, en polígonos industriales, etc...) En los fuegos forestales o rurales se actúa de igual forma pero en este caso el combustible es muy especial, muy variado y muy disperso y es aquí donde vamos a profundizar un poco más.


En el ámbito forestal y por extensión el rural, el combustible se refiere a la vegetación. Y la vegetación se nos presenta de muchas formas. Existen especies muy propensas a arder como es el pino y otras no tan propensas pero con enorme poder calorífico como encinas y olivos (son muy complicadas de apagar) pero más importante que las especies en sí es su disposición, lo que llamamos continuidad. Por ejemplo un olivar bien cuidado no posee apenas continuidad: Ni vertical por la ausencia de matorral o pasto, ni horizontal porque las copas de los olivos no suelen rozar unas con otras. 

En las zonas forestales bien tratadas se intenta evitar la continuidad vertical con desbroces y podas, eliminando el sotobosque (matorral) y la parte baja de las copas. La continuidad horizontal se evita mediante claras que eliminan parte de los pies para reducir su densidad. Pero hay que tener cuidado porque clarear mucho lleva a que el matorral invada el bosque y esto puede ser contraproducente.

Imagen tomada de la página FUEGOLAB http://fuegolab.blogspot.com.es/ .Arriba a la derecha un ejemplo de continuidad horizontal antes y después de una clara y desbroce. Debajo otro de continuidad vertical
Lo que se intenta en todos los casos es que el fuego, que normalmente parte del suelo, suba a las copas y luego pase de una a otra produciendo el denominado “fuego de copas” uno de los más peligrosos, similar en algunos aspectos a un fuego industrial, y que en determinadas condiciones (longitud de llama superior a los tres metros) es casi imposible de atajar, ni por medios aéreos ni por los terrestres. Es aquí cuando sólo se puede esperar a que arda la vegetación o recurrir a los denominados “contrafuegos” que son fuegos provocados por los propios bomberos o retenes y que también pueden ser muy peligrosos si no se planifican bien y si se hacen sin las medidas de precaución adecuadas.


En el próximo capítulo nos situaremos en Acebo, en la tarde del día 6 de agosto de 2015. 

Para terminar este capítulo unas imágenes

Fuego en Piornal en 1995. Probablemente intencionado.
Fuego en Tornavacas en 1995. No recuerdo cual fue su causa, pero es un ejemplo de como la topografía y la climatología determinan la forma de avance del fuego que empezó en el valle y se atajó en la divisoria dejando esa forma de embudo tan característica.
Otro incendio en Piornal, probablemente provocado por ganaderos para conseguir pasto. Aunque su proximidad a la carretera de Garganta la Olla podría indicar otras causas.
Incendio en Agosto de 1995 en Hervás, sobre la pista Heidi. Tuvo su origen en una tormanta seca (con gran aparato eléctrico pero sin lluvia). En menos de una semana esas tormentas provocaron más de 40 incendios en todo el cuadrante NE de la provincia de Cáceres.
Un incendio provocado por el ferrocaril en 1995, en Garrovillas. No por la locomotora que se ve en primer término pero si por otra de sus compañeras. En esta zona próxima al Embalse de Alcántara los trenes tienen que frenar y las chispas con el pasto hacen el resto.
Traviesas de madera ardiendo. Son muy difíciles de apagar.

Las líneas eléctricas de baja tensión y mal mantenidas también están en el origen de muchos incendios. A veces por el choque de aves. En este caso el aislante de vidrio se fundió casi encima de nosotros que estábamos inspeccionando el terreno en busca de indicios para determinar la causa del incendio.

Incendio del Casar de Cáceres de 1996. Quemó 3.000 has en una tarde (desde La Perala hasta la carretera de Arroyo a Alcántara). Que yo sepa fue el primero que se midió con helicóptero y GPS. Parece que tuvo su origen en la vía del ferrocarril.
Incendio de Descargamaría de 1998. Tuvo su origen en un campamento juvenil, en los alrededores del río Arrago. Una reproducción posterior provocó un segundo incendio que quemó mas superficie que el primero.
En el mismo incendio se produjeron focos secundarios con este aspecto. Estos fuegos "naturales" son perfectamente explicables por la propia dinámica del incendio.

1998. Incendio en Torre de Don Miguel provocado por una quema de restos agrícolas en una finca vecina.

Incendio en Navasfrías. Estamos en 1999, en ¡Enero! (se aprecia la nieve). Fue provocado por la actividad de unos obreros forestales. Es esta una causa (los propios trabajos forestales) más habitual de lo que debiera. El brezo estaba helado pero ¡menudas llamas!









Incendios nocturnos en Hoyos en febrero de 1999. Fueron todos intencionados.


Incendio en Torrecilla de los Angeles en 2002. Este fue el supuesto punto de inicio. La causa más probable fue la de intencionado pero no se cogió al culpable.



Saludos, salut, saudaçoes
Textos by Chicharero, imágenes de Paco Santos
 
EN EL PROXIMO EPISODIO: CRÓNICA DEL GRAN INCENDIO DE AGOSTO DE 2015